Seuxis Hernández Solarte, más conocido como ‘Jesús Santrich’, dijo que a pesar de los obstáculos que se han presentado en la implementación del acuerdo de paz y de la obstrucción por los enemigos de la misma, “la fuerza del sentimiento hacia la paz es mayor”.
“Los acuerdos se pueden afectar de diversa manera. Hay todo un sector de derecha y de extrema derecha que, desde antes de iniciar las conversaciones en La Habana, ha actuado tratando de frenar y darle protagonismo al guerrerismo obsoleto que debemos superar. No voy a mencionar personajes, pero todos ustedes los conocen. Pero, así como hay ese tipo de fuerzas de obstrucción, a mí me parece que la fuerza del sentimiento, del anhelo popular de paz es mayor y que se sentimiento y ese anhelo es que va a salir avante, independientemente del nivel de gobernabilidad que tenga el actual presidente o el que venga”, dijo Hernández Solarte.
Agregó que “el futuro de Colombia no está propiamente en manos de los gobernantes sino en manos de quienes han sido gobernados y, sobre todo, de quienes han sido por tantas décadas excluidos. Ellos son la esperanza de la nueva Colombia y en ellos debemos confiar, en ellos debemos tener fe, por eso debemos seguir adelante con la propuesta de convergencia”.
Sobre los disidentes anotó que “es un problema que existe realmente. Compañeros otrora que, o no entendieron bien, el reto de la historia que se nos presentaba o no tuvimos nosotros la dirigencia del movimiento insurgente la capacidad de explicarlo”.
“El Gobierno tiene sus criterios. Desde mi punto de vista no debemos agotar esfuerzos en el camino de la reconciliación. No solo con quienes en este momento se han apartado de una u otra forma esta ruta que estamos construyendo conjuntamente. Está también el ELN y yo creo que con el ELN hay persistir. Siempre hemos dicho que estos son dos mesas y un mismo proceso. Sin ELN está incompleta la paz para Colombia. Entonces, debemos persistir, incluso, buscando un camino para una solución al fenómeno del paramilitarismo. Y Las soluciones del peso de la Ley siempre se han escuchado. Yo creo que hay que hay que imponer el peso de la razón, eso es lo fundamental”, dijo el vocero de la Farc.
Manifestó que “para nosotros este acuerdo, aunque es bueno, yo siempre he dicho que al ojo por cierto no hay ni el diez por ciento de nuestras aspiraciones, pero es lo que tenemos, es lo que logramos en la actual correlación de fuerzas políticas en el país y sobre esa base tenemos que construir lo estamos deseando, que es la nueva Colombia”.
“Hasta el momento, el proceso de implementación yo he dicho que se ha convertido más en un proceso de renegociación y eso hay que superarlo. Recientemente hicimos un cónclave en Cartagena, que nos indicó que luego de 100 días de implementación íbamos a un paso muy lento y con demasiadas obstrucciones. Pero de Cartagena salió un compromiso del Gobierno y de la Farc en acelerar la implementación y de hecho ya tenemos un cúmulo casi un 90 por ciento de la implementación normativa que se pactó”, apuntó.
En cuanto a las garantías que tendrían para que no se repitan con ellos lo que sucedió con otros grupos que se reintegraron a la vida civil manifestó que “todo está en letras sobre el papel, todos son promesas. Digamos que tenemos un gran catálogo de promesas, pero no hay aún acciones orientadas a desarticular el paramilitarismo o las bacrim o como las quieran llamar. Existe ese fenómeno de guerra sucia en Colombia, que desafortunadamente lo que ha tenido es una actitud de segregacionismo de parte del Estado. Entonces, ese es uno del gran déficit del proceso de paz que debe ser resuelto”.
“Nosotros hemos hablado de la necesidad de asumir acciones concretas, aparte de lo que ya está consignado en el papel, porque hemos dicho que se creará una Unidad Especial de Investigación de este fenómeno que ha tenido diversas obstrucciones desde la Fiscalía y aspiramos que la Fiscalía de una vez por todas le abra el camino a esta iniciativa.
Pero también hay un sistema integral de seguridad, que debe implementarse. Pero repito: todo eso aún está en el papel y mientras no haya acciones concretas, efectivamente va la sombra de la muerte sobre las cabezas de todos aquellos que queremos iniciar una vida en paz y en democracia. Es un peligro cierto al que debemos prestar mucha atención y cuya contra fundamental es la cohesión del movimiento popular” afirmó.
En cuanto a la visita de los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana y la reunión con el presidente de Estados Unidos, dijo que “yo no le daría tanta trascendencia a esa, entre comillas entrevista. Hay mucha especulación al respecto y parece que ni siquiera fue una conversación con las formalidades de Estado que requiere un encuentro serio pata hablar de los asuntos de nuestra América. Siempre ha habido una amenaza imperial sobre nosotros y nunca estos pueblos se han amilanado. Yo pienso que la altivez de la América nuestra martiana, bolivariana siempre estará por encima de cualquier amenaza. Yo tengo confianza, tengo fe, tengo optimismo en que el conjunto de la unión internacional va a apostar más por la paz de Colombia y del continente y que en esa misma línea tienen que entrar los Estados Unidos, si de verdad quieren tener un mundo mejor para todos”.
Sobre el hecho de que las Farc se puedan convertir en la fuerza que una la izquierda colombiana dijo que “esa es una aspiración, es un sueño y siempre que tengamos sueños, tenemos esperanzas. Uno de los grandes déficits que tenemos como izquierda, y ha sido una característica histórica en nuestro país, ha sido la dispersión. Creo que, si queremos ponernos a la altura de las exigencias históricas de cambio revolucionario y de cambio social, ese sería uno de los primeros inconvenientes que todos estamos llamados a superar”.
Agrego que “hay una propuesta de parte de la Farc, naturalmente en el camino de la paz, de la reconciliación y de la construcción de una Colombia nueva en justicia, es la de crear un movimiento de convergencia, naturalmente hacia la construcción de un gobierno alternativo de transición. Sí tenemos esperanzas, sí tenemos fe si se quiere en que es posible la unidad de la izquierda y que es posible un cambio revolucionario en nuestro país, que le entrega posibilidades, alternativas de vida a las pobrerías, a los excluidos de siempre, a quienes han sufrido la miseria y la pobreza”.
“Creemos que, si todos ponemos de nuestra parte, si nos interpretamos en el otro, si somos tolerantes y si le abrimos espacios a la democracia, es posible otra Colombia. Una Colombia ya sin guerra sucia, una sin terrorismo de Estado, con oportunidad para todos los que integran esta patria bolivariana”, termino diciendo.
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