La Institución Etnoeducativa Técnica Agropecuaria de Desarrollo Rural, del municipio de Marialabaja, le está apostando a la implementación de un “Vivero Escolar” con diferentes especies de árboles.
El propósito, según las directivas, es mejorar los entornos de los espejos de agua, fomentar la agricultura y conservar la cultura nativa y ancestral.
Los viveros contienen frutales, árboles maderables, ornamentales, plantas medicinales e hidropónicas, como parte de la vocación misional del establecimiento, fomentando el contacto directo de los participantes del proceso educativo con su entorno en busca de una nueva ética en la formación de los estudiantes.
De acuerdo con el docente Jean Carlos Muñoz Cáceres, las plantas son consideradas como parte integral del ambiente y productoras en los ecosistemas; por lo tanto, es imperativo para el hombre, el estudio y conocimiento de estos organismos con fines de preservación y utilización dentro del concepto de desarrollo sostenible.
“Marialabaja es un municipio rodeado por diferentes espejos de agua, representados en ciénagas y arroyos, donde se evidencia un daño ambiental y donde la deforestación descontrolada, el poco sentido de pertenencia y la falta de concientización, motivó la creación de un vivero escolar para contribuir con el mejoramiento ambiental del municipio”, dijo el docente.
El proyecto, según él, tiene como beneficiarios a los estudiantes, a la comunidad en general, y busca mejorar las competencias en agricultura y despertar vocación por los cultivos en espacios convencionales y no convencionales, de tal manera, que las familias puedan aumentar su calidad de vida.
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