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La curiosa historia de cómo se construyó la iglesia católica de Arjona

Se trata de un patrimonio bolivarense, pero pocos saben todo lo que ocurrió para que pudiese erigirse.

El militar español Antonio De la Torre y Miranda era un católico de pies a cabeza, por eso bautizaba cuanto pueblo fundaba con “San o Santa” como primera palabra y Arjona no fue la excepción: el nombre completo de esa población fue Nuestra Señora de la Candelaria de Arjona, fundada el 13 de marzo de 1775.

Tras establecerse en este caserío, los españoles y habitantes levantaron una capilla: una casucha de bahareque con techo de palma y piso rústico donde realizaban las ceremonias religiosas e instalaron la imagen de la Virgen de la Candelaria que se convertiría en la patrona pueblo. Le puede interesar: La historia tras una pareja que celebró 50 años de matrimonio en Arjona

Tal y como lo describió el periodista y locutor Óscar Angulo Crespo (1945-2015) en un libro que jamás pudo publicar, pero que se dedicó a investigar por más de diez meses, aquella rudimentaria iglesia se mantuvo así por más de 100 años de colectas de sus feligreses, que terminaban en cambios de palma constantes y repellos de las paredes de barro... pero, por supuesto, esos creyentes fueron falleciendo con sus iniciativas, así que la estructura se fue desmejorando y estuvo a punto de colapsar.

Solo hacia 1917, la nueva generación de creyentes se condolió del enclenque templo y algunos comenzaron a pensar en repararlo con mucho más que fe, pero otros manifestaban que no era viable invertirle dinero a la casucha vieja, al fin y al cabo, nadie querría perder dinero; lo mejor era, según sostenían otros tantos, construir una nueva, pero las iniciativas no tenían eco y las discusiones por la construcción del templo se daban en las esquinas de Arjona. No se ponían de acuerdo.

La curiosa historia de cómo se construyó la iglesia católica de Arjona

Una de las vírgenes veneradas en la iglesia de Arjona.//Foto: Julio Castaño - El Universal.

Llegó Brioschi

A comienzos de 1918, el municipio recibió la visita de monseñor Pedro Adán Brioschi y los feligreses no desaprovecharon la oportunidad para atizar un ambiente en el que por fin se pudiese construir un templo moderno que albergara más creyentes. El prelado los escuchó y se llevó las inquietudes.

Parece que monseñor Brioschi quedó inquieto porque regresó a mediados de ese mismo año a Arjona, esta vez, con la firme intención de liderar la obra. Se reunió con la comunidad y encontró respuestas positivas de ganaderos, comerciantes y más, quienes se comprometieron a apoyar el proyecto.

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Se metieron la mano al dril los señores: Julio García Martínez, Gregorio Zárate González, Simón Herrera Fernández, Claudio Royo, Lázaro Ealo, Nicolás Ramiro Carballo, Clara Rosa Tarrá, María Velásquez Pájaro, Luisa Juan de Abilamy, Carlota Velásquez Pájaro, Ricardo Carrasquilla, Pedro Roberto Torres, Isaías Pereira, Catalina Herrera de Guerrero, Ángela Dorado de Sarabia, Domingo Tarrá Guardo, Miguel Guerrero Herrera, Agustín Simancas, Sara Betancour de Sarabia, Luis Carlos Carballo, entre otros, pero el resto del pueblo no se quedaba atrás y muchos organizaban colectas, rifas y bailes. Así comenzaron los primeros trabajos.

Aunque el día y mes exacto en que comenzó la construcción no se conoce, sí se sabe que monseñor Brioschi puso la primera piedra en 1919 en el mismo sitio donde esta hoy: en la Plaza Principal.

La curiosa historia de cómo se construyó la iglesia católica de Arjona

La primera parte de la obra fue el fundido de las bases, las que después de levantadas demoraron varios meses a la intemperie. Luego se levantaron las paredes laterales, las del fondo y una pared frontal con las columnas que separan las tres naves o módulos arquitectónicos. Después, construyeron los arcos que soportan el techo. Culminada esta parte, y al erigir las naves interiores, la vieja capilla fue destechada. La campana, debió ser elevada en las ramas de un árbol aledaño al templo, mientras se continuaba con la construcción.

El siguiente paso fue empezar a levantar el segundo piso de la parte delantera de la nave central, sitio conocido como atrio. Mientras seguían los trabajos, los oficios religiosos se hacían en la casucha vieja, pues la feligresía no podía quedar a la deriva en sus alabanzas y creencias.

La obra se hizo por etapas, debido a que el dinero se iba recogiendo cuando los parroquianos podían o el obispado tenía alguna cantidad disponible.

De los diseñadores de los planos y de los constructores, no hay información. Pero la obra sigue conservando su valor artístico y arquitectónico que es la admiración de propios y visitantes.

La curiosa historia de cómo se construyó la iglesia católica de Arjona

La nueva iglesia

La imagen de la Virgen de la Candelaria que estaba en la antigua capilla, tallada en madera, se veía pequeña en el nuevo templo, por lo cual los gestores consideraron que había que conseguir otra más grande.

El arzobispo consiguió la nueva estatua con los talleres de Francisco de Paula Gomara, en Barcelona, España: encargó el tallado en mármol de las imágenes de la Virgen de la Candelaria, de la Inmaculada Concepción y de San José.

Estas llegaron a Cartagena en barco y luego trasladadas en el ferrocarril y en medio de una algarabía muchos creyentes se apostaron frente la estación del tren a presenciar el traslado a la nueva parroquia.

Cuenta Óscar Angulo que no hay certeza sobre cuánto duró la construcción, sin embargo, la Academia de Historia de Arjona, presidida por Libardo Simancas Torres, asegura que el templo Nuestra Señora de la Candelaria estará cumpliendo 100 años el próximo 2 de febrero.

Ese día se develará una placa con los nombres la junta pro templo conformada por Henry Matson Rossi, José De la Cruz García, Teofilo Velásquez, Gregorio Zárate, Ramiro Carballo, Carlos Tinoco Torres y Simón Herrera Fernández. El constructor fue el ingeniero José Camerano. El párroco de la época Miguel Figueroa y el alcalde era Eugenio Bossio Ramos.

Pese a que la parroquia fue declarada como Patrimonio Histórico y Cultural de Arjona, los creyentes siguen aportando para mantenerla, gracias a la gestión del párroco Luis Darwin Díaz, y esperan que se mantenga majestuosa por los siglos de los siglos. Te recomendamos leer también: La increíble historia de cómo Ramón Pájaro se salvó de morir a cornadas

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