“Somos muchos los venezolanos que necesitamos apoyo, no esperamos que nos regalen nada, somos personas trabajadoras y tenemos la esperanza de levantarnos”, es el mensaje de la joven Saray Nazareth Buendía, quien está en Sincelejo procedente de Caracas (Venezuela) de donde salió en busca de una mejor situación.
Esta estudiante de Ingeniería Informática llegó al departamento de Sucre hace varias semanas, dejando a sus padres, hermanos, amistades y trabajo en su país, pero con la esperanza de seguir adelante y ayudar a su familia que se quedó en Venezuela.
“Llegué a Colombia con mucha expectativa, no había estado aquí, tengo familiares por parte de mi mamá acá quienes me han tendido la mano”, expresó.
Saray pasó de tener una estabilidad laboral y estudiar en la Universidad, para llegar a esta ciudad, en donde se está ganando la vida, realizando trabajos de limpieza, haciendo postres y otras alternativas para ganarse su sustento y ayudar a sus padres.
Luego de un tiempo en Sincelejo, acudió a la Diócesis de Sincelejo a censarse, dentro del proceso de caracterización que adelanta la Pastoral Social, en apoyo con la institucionalidad que viene brindando atención a migrantes venezolanos que llegan al Departamento.
Así como esta joven, un grupo de mujeres participó en un encuentro, en el marco del Mes de la Mujer, bajo el lema “Soy venezolana, soy mujer”, organizada por la Diócesis de Sincelejo, con el apoyo de la Gobernación de Sucre.
Las participantes dieron a conocer sus historias, las razones por las que debieron abandonar su patria y todo lo que habían construido, pero sienten agradecimiento por las puertas abiertas con las que han sido recibidas, al tiempo que piden no ser estigmatizados.
El sacerdote Ismael Acosta Pineda, director Pastoral Social de la Diócesis de Sincelejo, manifestó que es una situación muy lamentable, muy dolorosa la de los venezolanos, por eso en Sucre han tenido una una puerta abierta para ellos.
“Realizamos un trabajo de caracterización, dentro de nuestras limitaciones que tenemos como Iglesia, aquí se están recibiendo alrededor de 30 a 35 personas diariamente, se les asiste en lo mínimo que podemos tener, pero sobretodo en el calor humano, que se sientan acogidos y que valen como personas”, manifestó.
Por su parte, Mónica Jiménez Serpa, coordinadora departamental del programa de Derechos Humanos y enlace departamental en lo que respecta a migrantes, informó que con este tipo de población la Administración departamental adelanta un proceso fundamentado en tres ejes, entre ellos la caracterización.
Precisó que hasta la fecha se han caracterizado 1800 migrantes; de estos (se cuentan con todos los datos como ubicación), a qué se dedican, cuáles son sus perfiles y principales necesidades. El inconveniente, hasta ahora, es que la mayoría de migrantes son irregulares, pues no cuentan con pasaporte, lo que genera dificultades a la hora de atenderlos.
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