La restauración de la Casa de la Cultura del municipio de Ciénaga de Oro, Córdoba, adelantada por el Ministerio de Cultura, ganó el premio Lápiz de Acero, otorgado por la revista colombiana de diseño y arquitectura PD Proyectodiseño.
El diseño estuvo a cargo del arquitecto Néstor Vargas Pedroza y fue destacado como uno de los mejores proyectos nacionales o internacionales de diseño y arquitectura con intervención de colombianos en su creación.
El municipio de Ciénaga de Oro, reconocido porque allí se celebra una de las Semana Santa más tradicionales de Colombia, no contaba con su casa de cultura y por ello se hizo en la antigua Escuela de Varones, una bella edificación construida en 1922 y que está ubicada en el marco de la plaza principal.
De acuerdo con lo señalado por voceros del Ministerio, el propósito del proyecto era la recuperación de la edificación que había sido alterada y se encontraba abandonada, para aprovecharla con el propósito de brindar un espacio dinámico y multifuncional que respondiera a diferentes necesidades culturales de la comunidad.
En un tiempo récord de cinco meses y 20 días y con una inversión superior a los 1.730 millones, en 2016 fue entregado por el Ministerio de Cultura este proyecto que benefició a una población compuesta por 25.671 personas de acuerdo con cifras del Dane.
Los estudios y proyecto de restauración fueron elaborados por el arquitecto restaurador Néstor Vargas Pedroza para la Alcaldía Municipal de Ciénaga de Oro y el Ministerio de Cultura, a través del Grupo de Infraestructura, realizó las obras contratando con la arquitecta Julia Irma Galán la ejecución y con el arquitecto Néstor Vargas, la interventoría.
Según explicó Carmen Patricia Hernández, coordinadora del Grupo de Infraestructura de MinCultura, con el proyecto de restauración se logró recuperar para el municipio no solo una Casa de la Cultura, sino una joya arquitectónica que estaba abandonada.
“Era una edificación emblemática que colinda con la Iglesia de Ciénaga de Oro y el resultado fue muy positivo. El diseño realizado por el arquitecto Néstor Vargas, permitió entregar un espacio polivalente. Vargas diseñó también el mobiliario de la casa de la cultura de tal forma que fueran flexibles y adaptables para los diversos momentos, de acuerdo a las actividades que se desarrollan al interior del inmueble. Esto permite que se puedan realizar en la Casa de Cultura varias actividades al tiempo. También el entorno de la edificación se tuvo en cuenta y se respetaron los árboles que la rodean. De forma complementaria se construyó las baterías sanitarias necesarias para los servicios que presta este centro de cultura”, indicó.
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