Luego de un año de permanecer cerrada por causa de la pandemia, fue reabierta la residencia escolar Hogares Juveniles de Monterrey, en el municipio de Simití, sur de Bolívar.
Así lo informó la secretaria de Educación de Bolívar, Verónica Monterrosa, quien añadió que los directivos y docentes acompañaron el retorno de 60 estudiantes que proceden de diferentes veredas de esa población, y de municipios vecinos, en los que el acceso es muy difícil.
Dijo que esta es la primera residencia que abre sus puertas, de las seis que tiene Bolívar, y que los escolares tendrán la posibilidad de volver a la presencialidad, para seguir con sus clases.
Destacó que esta es la quinta en el país que abre sus puertas, de las 584 que están registradas en el territorio nacional, “lo cual es una determinación muy importante, porque con esa estrategia no solo se está garantizando el acceso a la educación a los estudiantes que residen en zonas rurales, también se rescata a los niños en riesgo de reclutamiento forzado”.
Añadió que, para su puesta en funcionamiento, la Secretaría de Educación dispuso de la dotación de elementos de bioseguridad, desinfección y alimentación para los estudiantes residentes.
“El hogar no solo cuenta con protocolos de bioseguridad aprobados por la Secretaría de Educación municipal, sino que también cuenta con una ruta de atención inmediata, en caso de presentarse algún caso de contagio. El compromiso de los padres es la limitación de las visitas”, indicó.
Señaló que para el próximo 5 de abril se espera abrir dos residencias más, una de ellas en el municipio de San Pablo, sur de Bolívar.
Los padres de familia pidieron la reapertura de este sitio, ya que consideran que es el lugar donde pueden estar protegidos sus hijos, pues, además de asegurar su aprendizaje, los liberan del reclutamiento forzado que están practicando en el sur del departamento los grupos armados ilegales.
Los estudiantes beneficiados dijeron estar contentos de haber regresado al hogar juvenil, porque sus padres no alcanzaban a recoger las guías, ya que viven a unas cinco horas de la Institución Educativa, además de que no cuentan con conectividad a internet.
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