Beneficiarios de programas de subsidios del Gobierno nacional hacen largas colas y protagonizan aglomeraciones desatendiéndose así las recomendaciones promovidas para evitar la propagación y contagio de COVID-19.
La necesidad de aliviar sus carencias económicas, ahora incrementadas por la emergencia sanitaria mundial, obliga a estar personas acudir de manera masiva a los cajeros autorizados a retirar el dinero, poniendo en riesgo su salud.
Una de estas filas comienza en la Carrera 17 con Calle 23 y termina en el barrio Mochila, distante cuatro cuadras del cajero automático del Banco Agrario, actividad que viene siendo acompañada por uniformados de la Seccional de Infancia y Adolescencia.
Pero el peligro de un posible contagio aumenta aun más porque pese al esfuerzo de agentes de la Policía Nacional, muchos no guardan la distancia mínima de un metro, ni usan tapaboca y hasta se saludan y abrazan.
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