En toda una sensación se ha convertido en el mercado público de Sincelejo un ñame gigante cultivado en una parcela del corregimiento de Las Palmas.
El tubérculo pesa 65 libras, mide 91 centímetros de largo y 41 centímetros de ancho, según su dueño el comerciante de frutas y legumbres Silfredo Martínez-Martínez.
Pero lo llamativo del producto no es tanto su peso y tamaño, sino la figura que tiene, cosa que deja a la gente pensando sobre las maravillas de la naturaleza. “Patas de ñame”, como ya lo han bautizado los trabajadores de la plaza, tiene la forma de la parte inferior de un cuerpo humano, incluyendo rodillas, glúteos y hasta testículos.
Algunos comparan al ñame mejorado, de la variedad “espina”, con las extremidades de una mujer de contextura gruesa y ya le han puesto zapatillas y hasta interiores.
La historia del ñame gigante empezó tras la muerte de un antiguo árbol que se secó y dejó entre sus raíces tierra floja con lo que se dieron las condiciones para el descomunal desarrollo del tubérculo, el cual fue cultivado por el campesino Pedro Pablo Tapia, quien lo descubrió una mañana bien temprano y luego de cinco horas de trabajo lo pudo sacar de la tierra, llevándose la sorpresa que eran dos ñames pegados producidos por una sola mata.
“Patas de ñame” nació de una semilla mejorada originaria de Brasil, la cual está siendo utilizada en la región desde hace tres años, según lo dio a conocer el cultivador de más de cuarenta años de experiencia.
Tapia dijo que en buenas condiciones un ñame normalmente puede llegar a pesar unas 30 libras, pero no tan pesado como este que muestra con gran satisfacción.
“El ñame gigante estará en exhibición durante febrero, luego será cortado en pedazos para sembrarlos nuevamente esperando una gran cosecha”, aseguró Silfredo Martínez-Martínez, quien tiene 30 años de estar comercializando esta clase de producto.
Agregó que esta cosecha debe ser vista como una muestra de que la tierra sincelejana sí produce. Sólo falta apoyo del Gobierno para que nuestros campesinos la trabajen.
“Los políticos sucreños no están observando el campo, por el contrario, los recursos asignados para la agricultura se pierde en sus bolsillos, dejando al campesino sin oportunidades”, puntualizó Martínez.
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