Salud


Alzheimer: la enfermedad que acaba con los recuerdos

EL UNIVERSAL

21 de septiembre de 2009 12:01 AM

El Alzheimer es una enfermedad neurológica progresiva que se caracteriza por la pérdida de la memoria inmediata y de corto plazo en sus etapas iniciales. Estas alteraciones son lo suficientemente graves como para alterar el funcionamiento del individuo en su vida diaria. Poco a poco, los pacientes se van deteriorando hasta que llega el día en el que la ciudad en la que han vivido, las palabras que les han servido toda la vida para expresarse, los amigos, los hijos, los nietos, les resultan extraños. El proceso de degeneración de las células del cerebro es lento, de ahí que se haga patente en edades avanzadas, pero la forma de detectarlo a tiempo o los motivos por los que aparece siguen sujetos a especulaciones. Esta enfermedad representa un drama familiar desde el punto de vista humano y económico, además de una tragedia epidémica para las sociedades donde la expectativa de vida ha aumentado considerablemente. FACTORES DE RIESGO Entre los factores de riesgo para padecer la enfermedad están: * La edad, el riesgo aumenta en mayores de 65 años. * El sexo, es más frecuente en mujeres. * Antecedentes familiares; presencia de demencia en padres, tíos o abuelos. * Factores de riesgo cardiovascular; síndrome metabólico y resistencia a la insulina, hipertensión arterial, diabetes, dislipidemias, obesidad, sedentarismo. * Factores genéticos. * Bajo nivel educativo. * Depresión. * Traumatismos craneanos. * Factores tóxicos medioambientales, como exposición a metales pesados, aluminio y algunos organofosforados que se encuentran en los pesticidas. SE PUEDE PREVENIR Existen varias opciones de prevención como: Controlar el riesgo vascular; estimular actividades que ejerciten la mente; mantenerse activo intelectualmente; ejercicio físico diario, al menos 30 minutos; tener una alimentación sana y consumir alimentos que contengan omega 3 como; peces azules, aceite de oliva, nueces, frutos rojos; evitar el aislamiento en los ancianos y manejar la depresión. ¿CÓMO SE PUEDE DETECTAR? La evaluación médica cuidadosa, complementada por una evaluación de funciones intelectuales y algunos exámenes de laboratorio adicionales, ayudan al médico a detectar los déficit iniciales (deterioro cognoscitivo leve) de la forma de la enfermedad de Alzheimer temprana. Así mismo, toda persona mayor de 50 años que perciba cambios en su memoria, y en especial aquellos que tienen antecedentes familiares de Alzheimer, deben consultar con su médico. ¿CÓMO PROGRESA LA ENFERMEDAD? La enfermedad suele progresar lentamente (hasta 10 o 12 años), aunque hay evoluciones rápidas como quejas por pérdida de memoria, seguido de dificultad o desinterés por compartir o socializar; así también dificultad para realizar actividades como vestirse, organizar sus cajones o sus finanzas. Los pacientes pueden tornarse hostiles o agresivos y no percibir sus dificultades. Se pueden volver testarudos, suspicaces, desconfiados o paranoides (les surgen ideas de que los quieren robar). Los hijos o cuidadores pueden percibirlos como si manipularan o fingieran ya que fluctúan en su estado funcional. Luego requieren de ayuda para sus actividades laborales o de la vida diaria como vestirse, bañarse, caminar o alimentarse. Pueden terminar postrados en una cama dependientes totalmente de un cuidador ALTERNATIVAS DE TRATAMIENTO Existen tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. Dentro de los tratamientos farmacológicos los hay orales y trasdérmicos. Entre los orales están los llamados “anticolinesterásicos como: donepezilo, rivastigmina, galantamina) y la memantina. Entre los trasdérmicos o parches está la rivastigmina. También se encuentran los antidepresivos y anti psicóticos atípicos para el manejo de la depresión o los cambios comportamentales y los medicamentos para inducir sueño. Entre los no farmacológicos está la psicoterapia, la rehabilitación cognoscitiva con terapias física - ocupacional, de lenguaje y la musicoterapia.

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