Salud


Cinco mitos y verdades sobre la influenza

Solo la mitad de la población en riesgo se aplica la vacuna contra la influenza, una enfermedad que puede causar hasta 72 mil muertes cada año en América.

EL UNIVERSAL

16 de mayo de 2019 12:00 AM

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que cada año 772.000 personas en promedio deben ser hospitalizadas, y entre 41.000 y 72.000 fallecen como consecuencia de la influenza, en América. También conocida como gripe, la influenza estacional “es una infección viral aguda que puede provocar complicaciones graves que requieran hospitalización e incluso, la muerte”. Pocos reconocen su gravedad y la confunden con un resfriado.

La OPS indica que “la forma más eficaz de prevenir complicaciones graves es la vacunación. A pesar de que existe una vacuna con una efectividad moderada se estima que solo la mitad de la población en riesgo se la aplica cada año en los países de la región que reportan datos”.

En el último Boletín de Inmunizaciones, expertos de la Organización Panamericana de la Salud explicaron cinco mitos y verdades sobre la influenza y la vacuna para prevenirla.

Mito 1:

La influenza es como un resfriado.

FALSO

La influenza estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre, tos (generalmente seca), dolores musculares y articulares, dolor de cabeza y puede presentar complicaciones graves que requieran hospitalización e incluso causar la muerte en personas con alto riesgo. Los resfriados son causados por otros virus y suelen presentarse como secreción nasal, irritación en la garganta y quizá un poco de fiebre.

Mito 2:

La influenza puede ser una

enfermedad muy grave y mortal.

VERDADERO

Hay grupos de la población que tienen más riesgo de sufrir complicaciones por la influenza: embarazadas, niños menores de 5 años, gente mayor y personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades pulmonares y cardíacas, aunque a veces niños y gente joven sin factores de riesgo también pueden presentarlas. Estudios muestran que pacientes hospitalizados con influenza que no han sido vacunados, tienen entre 2 y 5 veces más riesgo de morir que aquellos que han sido previamente vacunados. El personal de salud, dada su exposición a los pacientes, corre mayor riesgo de infectarse y de transmitir la enfermedad, por ello su vacunación es fundamental.

Mito 3:

La vacuna puede causar

la infección por influenza.

FALSO

Las vacunas contra la influenza se han usado desde hace décadas, son seguras y no causan la influenza. Ninguna de los dos tipos de vacunas existentes -la que se administra con un pinchazo y contiene virus inactivados, o la que se aplica por espray nasal y contiene virus atenuados-, pueden producir la enfermedad. Luego de vacunarse, el cuerpo necesita alrededor de dos semanas para estar protegido, tiempo durante el cual la persona puede contraer la influenza u otros virus respiratorios con síntomas parecidos, y creer erróneamente que contrajo la gripe de la vacuna.

Mito 4:

Los eventos adversos de la vacuna

son graves.

FALSO

Como cualquier otra vacuna o medicamento, existen eventos adversos a la vacunación de influenza. Sin embargo, los eventos adversos más frecuentemente relacionados con la vacuna son leves, y se trata principalmente de dolor y enrojecimiento en el sitio de inyección.

Mito 5:

La vacuna de la influenza

no es efectiva.

FALSO

La efectividad de la vacuna, es decir, la protección que brinda, suele ser moderada (del 40 al 60%) y varía cada año. Su efectividad también varía según la edad, el estado de salud y si los virus que circulan son similares a aquellos para los que protege la vacuna. La vacunación de las embarazadas es clave para proteger al bebé, dado que la vacuna no se recomienda en niños menores de seis meses. En la temporada de influenza 2017-18 en Estados Unidos, se estimó que la vacuna evitó 7 millones de casos, 109.000 hospitalizaciones y 8.000 muertes relacionadas con la influenza. Asimismo, la evidencia sugiere que, si una persona se vacuna frente a la influenza y se contagia, la enfermedad será menos grave que si no se hubiera vacunado, lo que puede evitar complicaciones, hospitalización y hasta la muerte.

RECOMENDACIÓN
La OMS recomienda la vacunación anual en embarazadas en cualquier fase de la gestación, niños de 6 meses a 5 años, mayores de 65 años, pacientes con enfermedades médicas crónicas y profesionales de salud. Además de la vacunación, se aconsejan medidas de protección personal como lavarse las manos frecuentemente y secárselas bien, mantener una buena higiene respiratoria, cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar con pañuelos y desechándolos correctamente; autoaislarse rápidamente en caso de malestar, fiebre u otros síntomas gripales; evitar el contacto con personas enfermas; y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.

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