Escuchar tantas teorías conspirativas alrededor del nuevo coronavirus y de las vacunas que se han desarrollado para combatir el COVID-19 se convirtió en una gran motivación para Greta Contreras. Esta científica colombiana se propuso dar un mensaje a todo el que pudiera y no solo desde su experticia como bacterióloga, sino desde la autoridad que le da haber recibido la primera dosis: Greta fue inyectada con el biológico desarrollado por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, el mismo que ya fue aprobado para usarse de emergencia en Colombia y del que el país ha negociado millones de dosis. (Le puede interesar: Invima aprueba en Colombia uso de la vacuna anti COVID de Astrazeneca)
Greta tiene 43 años, padeció COVID-19 moderado en enero de 2020 y cursó la enfermedad en casa. Recibió su primera dosis de una vacuna anti-COVID el 9 de febrero de 2021, le inyectarán la segunda el 27 de abril.
¿Qué sintió al vacunarse? Cansancio. “Si me preguntas cómo fue para mí la experiencia de la vacuna, fue normal. Fue lo esperado, como una vacuna normal: siempre habrá efectos, los cuales nos indican que la vacuna está haciendo su efecto. Los efectos pueden ser: cansancio, dolor de cabeza... sentirse enfermo. En mi caso, el día uno fue normal; el día dos sentí cansancio, no dolor de cabeza. Ese cansancio se me pasó al cabo de tres o cuatro días de la dosis inicial”, narra. “El medicamento que usé para aliviar el cansancio fue acetaminofén”.
Para todos los que aún tenga dudas acerca de si vacunarse o no... “Los motivo a que se vacunen, la vacuna contra el COVID es segura y eficaz. Las vacunas aprobadas cumplen estrictos estándares de seguridad, calidad y eficacia establecidos por la agencia reguladora de medicamentos y productos sanitarios de los diferentes países. Cualquier vacuna contra el coronavirus que esté aprobada debe pasar por todos los ensayos clínicos y controles de seguridad por los que pasan todos los demás medicamentos autorizados”, dice y recalca que a todos, cuando fuimos bebés, nos inmunizaron contra la polio, la meningitis y otras enfermedades y sí: quizá esas vacunas tardaron años en desarrollarse, pero ella lo atribuye también a que no disponían de tantos recursos económicos y humanos, porque no estaban en una pandemia que pusiera en jaque a toda la humanidad tan rápido. “Siendo el COVID una emergencia sanitaria global, los recursos fueron facilitados para desarrollar las vacunas, lo cual influyó en lo rápido, y evidentemente el trabajo incansable de los científicos”, anota y reafirma con cada palabra su confianza en la ciencia. (Lea también: Así es la vacuna de Astrazeneca a la que el Invima le dio el visto bueno)
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