Casi todos los seres humanos, sabemos acerca de lo contraproducente que puede resultar la ingesta frecuente de alcohol dado que en la tv, la radio, la prensa e incluso en las mismas cajas de cerveza advierten que es perjudicial para la salud.
El alcohol en exceso, es entonces el causante de enfermedades como la cirrosis hepática y la gastritis crónica, además de causar alteraciones en el metabolismo de los huesos.
Sin embargo, poco se cuenta de su estrecha y mala relación con el cerebro.
La respuesta del cerebro
El médico Neurocirujano del Hospital Universitario del Caribe, Rubén Sabogal, explica que “cuando un ser humano consume grandes cantidades de alcohol llega primero a un estado euforizante donde se torna desinhibido. Se cree el ser más locuaz del universo, es decir, que se modifica su conducta.” El segundo estado se da “cuando la corteza cerebral se bloquea, llevando al individuo a una depresión alcohólica”, más llamada borrachera.
Todos los organismos no responden de la misma manera a este líquido, pues mientras unos llegan a la depresión alcohólica con tres cervezas, otros pueden soportar días ingiriendo licor.
Cuando una persona se habitúa a tomar en grandes cantidades, es muy probable que con el tiempo, tal y como comenta el Dr Sabogal “ El individuo pueda llegar a sufrir de pérdida de la asociación de ideas y torpeza motora” lo cual supone un daño neurológico grave para el desempeño normal del ser humano en un entorno social.
Asimismo, en el peor de los casos, la ingesta de este producto se traduce en una adicción alcohólica crónica que acarrea daños orgánicos y cognitivos permanentes.
Frenemos el daño
En época decembrina, el aumento en el consumo de alcohol es notoria, vemos por ejemplo adolescentes que en esta época empiezan a descubrir el mundo de la bebida y otros que lamentablemente ya están acostumbrados.
Ante esta situación, es recomendable, que los padres de familia promuevan opciones sanas y creativas para el buen uso del tiempo libre de los hijos, y les demuestren que se pueden divertir y celebrar sin alcohol.
Es importante que los jóvenes sepan que cuando los padres de familia consumen licor, lo hacen de manera responsable.
Por esta razón, es indispensable , aunque suene repetitivo, que usted cuide y a la vez ayude a los suyos a cuidar su relación con la bebida para así evitar estragos en su salud física y mental.
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