El drama de esperar por un órgano en tiempos de COVID-19

Más de 2.500 personas en Colombia necesitan un trasplante para seguir viviendo o mejorar su calidad de vida, pero la pandemia ha hecho que conseguir un órgano sea incluso más difícil.

No hay lugar a dudas: la escasez de órganos para trasplantes representa un problema de salud pública que se ha intensificado en la pandemia del COVID-19 por falta de donantes vivos y cadavéricos, pues, según el Instituto Nacional de Salud (INS), en el último año hubo hasta el 55% menos de estas intervenciones. (Lea aquí todas las noticias relacionadas con donaciones de órganos)

Según el Comité de Medicina Transfusional y Trasplantes de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (S.C.A.R.E.), “la donación de órganos es un mecanismo en la atención médica”, dirigido a tratar insuficiencias orgánicas terminales y que en algunos casos es la única solución para salvaguardar el bienestar y mejorar la calidad de vida de un paciente con falla irreversible en un órgano vital.

Veamos 5 puntos clave para entender la magnitud del problema:

1. Cada vez más pacientes

En países como Colombia la escasez de órganos para trasplantes representa un problema de salud pública, porque el número de personas que esperan aumenta desproporcionadamente, en relación con el número disponible de órganos (riñones, corazón, hígado, páncreas, intestino, pulmones), tejidos (córneas, globos oculares, huesos, piel y médula) y con la capacidad asistencial.

2. Menos órganos

Según el INS, a junio del 2020, el número de donantes de órganos bajo el protocolo de muerte cerebral disminuyó el 47% en relación con el primer semestre de 2019, cuando hubo 207 trasplantes frente a 109 en 2020. (Lea aquí: Cirugías y pacientes críticos, en riesgo por disminución de donantes)

3. Fallecidos COVID-19 no pueden donar

Según la Clínica Cardioinfantil, en el 2020 Colombia cubrió únicamente el 26,3% de los requerimientos de las personas que esperaban un órgano vital, y en el 2021 esta situación no parece mejorar: seguimos en pandemia y hay menos donantes porque no se puede trasplantar el órgano de una persona que haya fallecido a causa del COVID-19, por dos razones:

a. Es portador del virus y puede transmitir la enfermedad al receptor, cuyo sistema inmunológico está afectado por la patología preexistente.

B. Es recurrente encontrar en las autopsias que los órganos de las personas que muertas por COVID-19 ya no son aptos para donación, puesto que las secuelas del virus disminuyen su funcionalidad.

4. Solo pueden donar si...

Ahora bien, si una persona tuvo COVID-19 y ya se recuperó del proceso infeccioso, puede donar un órgano, siempre y cuando se le realicen pruebas clínicas que demuestren las óptimas condiciones del remitente. (Le puede interesar también: 4 respuestas sobre COVID-19 y trasplantes)

5. Acto generoso

Diego Zuluaga, médico, anestesiólogo cardiovascular y de trasplantes, coordinador del S.C.A.R.E., dice: “La donación claramente es un acto voluntario, por medio del cual una persona en vida o la familia de un fallecido por muerte cerebral, consiente la extracción total o parcial de un órgano funcional, con el fin de ayudar a otras personas a mejorar su calidad de vida, e inclusive salvarla, en un acto de generosidad y altruismo”.