Se ha comprobado que hasta una tercera parte de las muertes por cáncer están relacionadas estrechamente con la obesidad y el estilo de vida sedentario.
“Cada condición de salud, enfermedad o patología, maneja ciertas recomendaciones y restricciones cuando se refiere a la prescripción del ejercicio, por lo cual todas las personas que padecen una enfermedad crónica deben tener el concepto, apoyo y seguimiento de un profesional de la salud”, afirma el doctor Alejandro Sarmiento.
Las personas que sufren de cáncer sufren de fatiga, la cual genera inhabilidad para realizar tareas físicas a un ritmo acostumbrado o de fuerza, debido a varios factores: mal procesamiento de los nutrientes, mayor requerimiento energético y la reducción en la ingesta de alimentos por nauseas, malestar, etc.
El ejercicio le ayuda a superar esta condición, ya que mejora de manera notable la función cardiovascular, pulmonar y muscular, así como la circulación, ritmo metabólico, tono muscular, fuerza, coordinación y balance ayudándole a realizar actividades cotidianas sin limitaciones.
La falta de actividad física, por el contrario, reduce la masa muscular y ósea, situación que puede ocasionar fracturas, reduce la capacidad cardiovascular, aumentando el riesgo de padecer deficiencia cardiaca e hipertensión arterial.
Según el doctor Alejandro Sarmiento, de Bodytech, “las mujeres que realizan actividad física regularmente tienen un riesgo menor de padecerlo (entre un 20 y un 30 por ciento) que las mujeres sedentarias”.
El ejercicio regula las cantidades de hormonas -como los estrógenos y la insulina-, que en altas cantidades son factores relacionados con la enfermedad.
En el caso del cáncer de mama, un programa de entrenamiento que incluya ejercicio aeróbico y fortalecimiento muscular contribuye a reducir el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y osteoporosis, lo cual es vital, ya que el tratamiento contra el cáncer mamario usualmente conlleva a estas dos situaciones. La paciente debe asesorarse con su médico tratante para determinar la intensidad apropiada con la que se debe prescribir el programa de entrenamiento.
La nutrición es importante para mantener un sistema inmune fuerte.
Consumir 5 porciones entre frutas y verduras al día; disminuir el consumo de carbohidratos como dulces, gaseosas, tortas y postres; evitar los fritos y las preparaciones que contengan altos niveles de grasa, e ingerir entre 1,2 a 1,5 gramos de proteína al día por cada kilogramo de peso, son recomendaciones que usted debería tener en cuenta.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo; en 2015 ocasionó 8,8 millones de defunciones.
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