Salud


Ensayos en monos y hurones, en busca de vacunas contra COVID-19

Mientras las empresas reclutan a miles de personas para ampliar los estudios hacia una vacuna, los científicos ensayan con hurones, monos y otros animales.

AP

02 de junio de 2020 05:01 PM

La carrera global para crear una vacuna contra el COVID-19 se reduce ciertas preguntas cruciales: ¿hasta qué punto las inyecciones deben estimular el sistema inmune del organismo? Y ¿podría ser dañino un estímulo en el sentido equivocado?

Mientras las empresas reclutan a cientos de miles de personas para ampliar los estudios de vacunación en los próximos meses, en la trastienda los científicos siguen ensayando con hurones, monos y otros animales en busca de pistas para responder a esas preguntas. En una era anterior a la pandemia, hubieran terminado esa fase antes de pasar a los seres humanos.

“Lo que estamos haciendo en el fondo es un gran experimento”, dijo Ralph Baric, experto en coronavirus en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, cuyo laboratorio está ensayando posibles vacunas con animales.

La aceleración actual es necesaria para tratar de contener un virus que ha provocado una pandemia, con más de 360.000 muertos en el mundo y economías colapsadas, pero “no cabe duda que la estrategia actual es más arriesgada que cualquiera que se haya aplicado antes”, según Baric.

Los ensayos con animales permiten determinar cómo reacciona el organismo a las vacunas en formas que no se podría con personas, dijo Kate Broderick, jefa de investigaciones de Inovio Pharmaceuticals.

Con los animales, “podemos hacer autopsias y observar específicamente el tejido pulmonar y hacer observaciones profundas de la reacción de sus pulmones”, dijo Broderick.

La investigadora aguarda los resultados realizados en ratones, hurones y monos a los que se ha contagiado el coronavirus después de recibir la vacuna de Inovio. Puesto que ninguna especie reacciona de manera idéntica al ser humano, el uso de un trío de animales amplía el espectro de seguridad.

Hay buenas noticias en el ámbito de la seguridad, a medida que se filtran los primeros datos de las diversas investigaciones con animales. Hasta ahora no hay indicios de un efecto colateral preocupante llamado “facilitación de la infección por anticuerpos”, lo cual es un dato positivo, según el doctor Anthony Fauci, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

La “facilitación” es precisamente lo que dice su nombre: en raras ocasiones una vacuna, al estimular el sistema inmune, produce anticuerpos no sólo incapaces de bloquear totalmente la infección, sino que agravan cualquier enfermedad resultante. Eso sucedió por primera vez en la década de 1960 con el fracaso de una vacuna para el virus sincitial respiratorio humano (VSR), una infección peligrosa que ataca a los niños. Últimamente ha obstaculizado los intentos de obtener vacunas contra el dengue, una fiebre transmitida por mosquitos.

Y algunos ensayos de vacunas contra el SARS, un primo del COVID-19, aparentemente provocaron “facilitación” en los ensayos con animales.

En el caso de la pandemia, tres estudios recientes con monos ensayaron distintos tipos de vacunas contra el COVID-19 en la Universidad de Oxford y el Sinovac chino. Fueron estudios pequeños, pero ninguno de los monos dio muestras de facilitación de la infección por anticuerpos cuando los científicos inocularon el coronavirus directamente en las narices o tráqueas de los animales.

Algunas de las pruebas mejores hasta el momento de que cierta vacuna pudiera ser eficaz proviene de esos estudios con monos. Oxford y Sinovac crearon vacunas muy distintas contra el COVID-19 y en estudios por separado, cada equipo informó recientemente que los monos vacunados estaban protegidos contra la neumonía, mientras que los vacunados con un placebo se enfermaron.

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