Salud


La terapia de la risa, un estímulo que genera bienestar

REDACCIÓN COLOMBIA

03 de marzo de 2013 09:59 AM

Los seres humanos no se alcanzan a imaginar las bondades y beneficios que puede producir la risa. Este estímulo, que envía señales nerviosas al cerebro, genera una mayor respuesta del sistema inmunológico ante diversas enfermedades y es capaz de curar la depresión, el estrés y la angustia.
Por eso la risa termina convirtiéndose en un tratamiento efectivo para controlar enfermedades que involucran el sistema inmunológico. De ahí la importancia de que hayan surgido clínicas especializadas en el mundo que ven la terapia de la risa como el alivio de cualquier afección.
La Fundación Doctora Clown es un proyecto no lucrativo que surgió con el fin de llevar la terapia de la risa a niños con diversos padecimientos, que se encuentran recluidos en hospitales, hogares de las municipalidades o albergues, para muchos de los cuales la esperanza de vida es mínima. Sus integrantes buscan que por medio de actividades animadas los pacientes se sientan bien anímicamente y asimilen mejor sus tratamientos.
Luz Adriana Neira fue la gestora de esta idea que nació en Suiza hace 15 años. Esta doctora conoció la técnica clown en su viaje a Europa, allí empezó su sueño de traer este magnifico proyecto de curación. Recibió el apoyo de un grupo de médicos suizos que se comprometieron a ayudarla a montar su propia clínica en Colombia.
A su llegada al país algunas entidades médicas se declararon escépticos de su técnica, por creer que podría afectar la tranquilidad de sus pacientes. El Hospital Simón Bolívar, de Bogotá, creyó en la iniciativa y permitió que un grupo de personas disfrazadas de payasos trajera alegría a los internos, sobre todo a los niños. Hoy, gracias a esa colaboración, hacen presencia en la mayoría de los hospitales distritales de la capital y en dos de Cali y Medellín.
“La terapia de la risa es un técnica que acompaña el proceso médico de los pacientes. A través de la risa y la alegría se nos disparan una cantidad de hormonas, las glándulas empiezan a trabajar, se fortalece el sistema inmune, el sistema digestivo funciona mejor y eso hace que nos relajamos”, explicó Patricia Sequeda, coordinadora de proyectos de la fundación y psicóloga clínica.
El grupo de profesionales de la risa llega a esas entidades médicas a ofrecer espacios de alegría generados por la música, los títeres, la globoflexia, la magia, los malabares y las lecturas. Estudios científicos demuestran que una persona que tenga un mejor estado de ánimo absorbe mucho más fácil los medicamentos.
“Muchas de nuestras enfermedades son emocionales, eso quiere decir que si cambia la energía de nuestro cuerpo nos mejoramos más rápido. Doctora Clown imparte alegría y sonrisas cuando se puede. Tenemos experiencias comprobadas de llegar a servicios de urgencias y a las dos o tres horas tener a ‘pacienticos’ dados de alta”, expresó la psicóloga, gestora también de los proyectos sociales de la fundación.
LA RISA ES UNA MEDICINA
Si una persona adicta a las drogas supiera que su cuerpo puede generar estímulos más fuertes que los mismos narcóticos, no sería un consumidor ni dañaría su sistema. Las endorfinas, sustancias derivadas de la risa, son hormonas consideradas analgésicos naturales segregados por el cerebro, que proporcionan un estado bioquímico conocido como la felicidad.
Según el médico cirujano Fernando Quintero, “el ser humano siempre se alivia con todo lo que le produce alegría y se enferma con todo lo que le produce angustia”. La risa constituye una terapia de relajación que involucra a casi todos los sistemas que tiene el cuerpo.
“Eso sucede la mayoría de las veces; está casi comprobado, y no por filosofías o por lo que dice la gente, sino por personas muy estudiadas y científicos”, afirmó Quintero, quien es el director del Hogar Santa Rita de Casia, en Bogotá, centro de protección visitado con regularidad por la Fundación Doctora Clown, el cual acogió a niños abandonados por sus padres, por el simple hecho de haber nacido enfermos.
Una sola carcajada es capaz de afectar los niveles físicos, mentales y emocionales de las personas, pues ayuda a segregar hormonas compuestas de serotonina, dopamina y endorfinas, las cuales bloquean las sensaciones de dolor. Estas sustancias pueden generarse por medio de la risa, el deporte, los besos, el sexo, los abrazos y hasta con un chocolate.
En este proceso trabajan más de 100 músculos, mejorando la circulación de la sangre, que se hace mucho más fluida. El sistema digestivo funciona correctamente, las defensas se fortalecen y por consiguiente las personas terminan sintiéndose mejor y con mayor fuerza.
Sigmund Freud fue uno de los primeros científicos en estudiar lo efectos de la risa. Para él, esta acción y el llanto eran una especie de ‘vómito mental’. Cuando una persona siente la sensación de malestar y vomita, inmediatamente pasa de un estado doloroso a uno de bienestar, sintiendo mayor tranquilidad.
Las vestimentas coloridas, los instrumentos musicales que tocan y la voz de los doctores clown producen emociones en los niños. “Esas betaendorfinas que se derivan de la risa, las cuales generan las hormonas de la felicidad, producen un estado de bienestar, como éxtasis en el cuerpo y esa es la razón por la cual habría una mejoría en la enfermedad del paciente. Esa música y vestimenta que trae Doctora Clown, produce sensaciones chéveres en los niños, puede que no los cure por completo, pero sí los mejora”, aseveró el doctor Quintero.
En ocasiones, no es posible llevar a cabo la terapia de la risa, ya que hay niños recién operados en los que una sonrisa podría causarles dolor, entonces idean otras estrategias para estimular su cuerpo y ayudarlos a fortalecer su nivel emocional.
La fundación trabaja con el niño interior, “así tengas 100 años hay un infante dentro de ti. En los hospitales lo hacemos con niños de cero a 16 años, pero si hay necesidad de hacerlo con personas mayores, se hace. A veces la terapia va para la familia. Supongamos que el bebé está dormido y sus padres están deshechos, entonces esa terapia está dirigida a ellos”, explicó Sequeda.
Estas visitas se han hecho ininterrumpidamente desde hace 15 años, gracias al trabajo externo que lleva a cabo Doctora Clown. Sus ingresos mensuales les permiten organizar, por lo menos, cuatro visitas mensuales a cada uno de los hospitales, en las áreas de pediatría, quemados y cancerológicos, mientras que a los centros de protección llegan dos veces por mes.
QUIÉNES INTEGRAN DOCTORA CLOWN
La fundación está integrada por artistas profesionales, actores, cantantes y voluntarios. El proyecto se mantiene gracias a trabajos externos que ofrecen a grandes compañías, que requieren sus servicios de lúdica empresarial para persuadir a los empleados en normas de seguridad, así como de gestión de calidad, según la necesidad corporativa.
Doctora Clown llega a cada uno de los hospitales con dos artistas y un voluntario, que gracias a talleres previos de aprendizaje, analizan las necesidades de cada uno de los pacientes y deciden qué terapia es la que más se ajusta a los distintos casos.
“Ellos tienen una preparación mensual de fortalecimiento de todas sus habilidades, un artista puede llegar como solo músico, pero al final termina haciendo otras cosas, pues el mismo paciente le va creando su necesidad. Éstas pueden ser música, magia, globoflexia, malabares, función de títeres o cuentos”, explicó Sequeda.
En el caso de los niños especiales, es decir, con síndrome de Down, parálisis cerebral, hidrocefalia, entre otras condiciones, la mejor alternativa será la música, pues no es posible una mayor interacción entre los payasos y ellos.
Tanto los artistas como los voluntarios deben prepararse para distinguir cuándo un paciente es muy vulnerable y no es posible tener un contacto cercano. En muchos casos pueden estar ante un niño con depresión, por lo que deben dar una atención más especial. Los doctores Clown tendrán que conocer perfectamente los estados de ánimo de los menores.
Juan Díaz, conocido por los niños como el doctor Jamal, trabaja desde mayo del año pasado en la Fundación. Este hombre llegó a un punto donde no le encontraba sentido a su vida, por eso decidió ser voluntario de esta clínica especializada en la risa y servir para aquellos que lo necesiten, sin cobrar un centavo.
“Después de terminar de estudiar las cosas que quería, me di cuenta que el que no vive para servir, no sirve para vivir. Quise dedicar mi vida a servir a los niños pobres, trabajadores sexuales y recicladores. Trabajando con ellos le encontré sentido a mi vida y pude cambiarla por completo, estoy muy feliz”, aseguró Díaz.
Sus visitas no consisten en más que brindarles “felicidad, cariño, esperanza, alegría, calor, todo lo que ellos necesitan, nuestro trabajo es que se diviertan y se olviden de la situación en la que están, cuando ese cambio se refleja en sus ojos, nosotros pasamos a otro nivel”.
Doctora Clown hace presencia en Bogotá, Medellín y Cali. En estas dos últimas tienen a tres profesionales trabajando en dos hospitales. Por falta de recursos no hay mayor cobertura, pero están iniciando un proceso que les permita ampliarse y llegar a más rincones del país.
“No tenemos competencia; si hacen 10 fundaciones más de la risa, seremos felices. Somos los pioneros en Colombia, pero si crean 20 más, nos alegramos, porque estarán cubriendo lugares donde no podemos llegar”, finalizó Sequeda. 

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