Ciertamente escuchamos a gente hablando de ‘trombosis, trombosis’... pero aunque el infarto agudo de miocardio y los accidentes cerebrovasculares son conocidos, en el caso de la enfermedad tromboembólica venosa, no ocurre lo mismo.
Esta se da cuando hay alteraciones que hacen que la sangre pierda la propiedad de permanecer líquida, favoreciendo la formación del trombo, lo que provocará el detenimiento del flujo venoso.
La enfermedad tromboembólica venosa puede desencadenar:
1. Una trombosis venosa profunda (TVP) producida por la formación de un coágulo en una vena, que obstruye parcial o totalmente el flujo sanguíneo. Aquí los síntomas son calor y dolor por encima de la vena, dolor o inflamación en la parte del cuerpo afectada y enrojecimiento de la piel.
2. Tromboembolismo pulmonar, en donde el trombo se desprende y llega a los pulmones, asociándose con una gran morbilidad y mortalidad. Los signos y síntomas de este tipo de trombosis son variables, y se presentan de acuerdo con la gravedad, así que incluyen disnea, taquipnea o aumento de la frecuencia respiratoria, dolor pleurítico, taquicardia, tos, hemoptisis o expectoración de sangre, aprehensión, fiebre y cianosis o coloración azul o lívida de la piel.
Explica la doctora Liliana Correa, médico ginecobstetra e intensivista, que los signos y síntomas son usualmente inespecíficos, pero que “usualmente inicia un dolor en la pierna, que empieza en la pantorrilla y se siente como un calambre o una inflamación. También hay que prestar atención al enrojecimiento o manchas en la piel de la pierna o incluso a la sensación de calor en la pierna afectada”.
La experta dice que actualmente existen escalas para evaluar el riesgo de trombosis en los pacientes hospitalizados, en los que van a ser llevados a cirugía y en pacientes de ginecobstetricia, que permiten tomar medidas para prevenir la trombosis.
“Estas medidas son llamadas tromboprofilaxis no farmacológica y tromboprofilaxis farmacológica dependiendo de la intervención que se realice. Estas medidas son claves y ayudan a prevenir muchos casos de trombosis en estos pacientes”, añade.
Las medidas no farmacológicas son las más recomendadas para combatir los trombos desde casa. Éstas incluyen:
- Caminatas.
- Hidratación y movimientos pasivos de las extremidades en caso de ser necesario.
Por otra parte, está la tromboprofilaxis farmacológica que siempre debe ser formulada por el médico basada en el cálculo de riesgo de trombosis.
En algunos casos, los pacientes deben continuarla unos días en casa, pero en la mayoría de los casos se realiza con medicamentos anticoagulantes, o heparinas de bajo peso molecular (si en algún momento usted recibe una prescripción de heparinas de bajo peso molecular realice el tratamiento completo como lo indicó su médico).
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