Salud


Por qué no consumir sustancias con dióxido de cloro o similares

La OPS advierte el grave peligro de consumir sustancias con dióxido de cloro o relacionadas para “prevenir o curar” el COVID-19.

LAURA ANAYA GARRIDO

22 de julio de 2020 07:16 AM

En mayo pasado, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) advirtió sobre la posible promoción y patrocinio en Colombia de investigaciones clínicas no autorizadas en seres humanos con dióxido de cloro como tratamiento para el COVID-19, más específicamente en Bogotá.

Colombia, sin embargo, no es el único país que ha alertado sobre el peligro de estas sustancias. En el contexto de la pandemia, países como Ecuador, Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Paraguay, entre otros, han repetido que estos supuestos “tratamientos” no tienen ningún sustento científico y que quienes se atrevan a consumirlos pueden terminar en el hospital o en el cementerio dados los potenciales efectos secundarios: insuficiencia respiratoria, cambios en la actividad eléctrica del corazón, baja presión sanguínea causada por la deshidratación, insuficiencia hepática aguda, recuento bajo de células sanguíneas, vómito y diarrea severa. (Lea aquí: La farsa del dióxido de cloro en COVID-19)

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se pronunció recientemente al respecto, estas son de sus consideraciones:

Se deben usar para:

-El dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel, en plantas públicas de tratamiento de agua y en el proceso de

descontaminación de construcciones. Al reaccionar en agua, el dióxido de cloro genera iones clorito. Ambas especies químicas son altamente reactivas, por lo cual cuentan con capacidad de eliminar bacterias y otros microorganismos en medios acuosos.

-Este gas se ha utilizado como desinfectante, en bajas concentraciones para la potabilización de agua y en ensayos clínicos de antisepsia bucal.

-El hipoclorito de sodio es un producto de desinfección para uso en superficies inanimadas, comercializado como lejía o lavandina con diferentes concentraciones (alrededor de 3 a 6%).

Los efectos

El dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.

-La disminución de la presión arterial puede dar lugar a síntomas graves como complicaciones respiratorias debido a la modificación de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.

-Adicionalmente, la inhalación a través de nebulizadores puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis e incluso producir la muerte si se las exposiciones están por encima del valor límite de exposición profesional.

-La exposición prolongada puede dar lugar a bronquitis crónica y erosiones dentales.

El Invima recomienda:

Medidas para la comunidad en general:

a. En caso de que se tenga conocimiento de la realización de estas investigaciones clínicas no autorizadas, notifíquelo al Invima a través del correo invimabpc@invima.gov.co; se garantiza la absoluta reserva de identidad de los denunciantes.

b. No participe en estudios clínicos con esta sustancia. Si usted se encuentra participando en un estudio clínico en donde le suministren, formulen o recomienden este producto, notifíquelo al Invima a través del correo invimabpc@invima.gov.co

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