Rellenos, vanidad que puede ser letal

El país sigue conmocionado por los casos de rellenos e implantes que han ocasionado graves problemas en distintas personas.
Esta situación la siguen experimentando miles de personas debido a que continúan siendo ofrecidas sustancias utilizadas como rellenos que tienen perfiles bajos de seguridad o no son aptas para este tipo de procedimientos.
Para evidenciar la gravedad del problema, la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (Sccp) reveló que ciertas sustancias de relleno han cobrado más de 15 mil víctimas al año. A esta cifra se le suman los casos que, por diversas razones, no han sido reportados ante la Sccp.
A diario se registran en el país pacientes que han resultado afectados con la inyección de sustancias de relleno en diferentes partes del cuerpo. 
En el tema específico de los rellenos faciales, en Colombia se utilizan productos como ácido hialurónico y, de manera ilegal e irresponsable se inyecta biopolímeros (silicona líquida), sustancia no absorbible que produce daños irreversibles.
“En el momento en que un paciente va a consultar un profesional para rellenos, debe asegurarse qué tipo de producto se va a utilizar, su nombre, referencia y su registro oficial Invima”, sostiene el cirujano plástico Mauricio Herrera, quien recuerda que los biopolímeros fueron retirados del mercado europeo y estadounidense hace más de 10 años por de provocar “granulomas (abultamientos) e infecciones en los pacientes”.
Complicaciones
Según el especialista, los biopolímeros pueden provocar serias complicaciones como inflamación, infección y migración haciendo obligatorio una o varias intervenciones quirúrgica para retirarlo.
Después de explicar que el proceso inflamatorio y de cicatrización puede durar aproximadamente 6 meses dependiendo de las complicaciones y del tiempo de aplicación del biopolímeros, como recomendación especial, el cirujano apuntó “se debe desconfiar de los productos baratos, pues usualmente se trata de productos de baja calidad o mezclas de productos que podrían tener consecuencias a largo o corto plazo”.
Ácido hialurónico vive en la piel 
El ácido hialurónico, que -según Mauricio Herrera- tiene un costo elevado (más de $500.000), está presente en la piel y es producido de forma natural por el organismo. Esta sustancia tiene como función, retener agua, hidratando y dando volumen a la piel.
Cuando se trata 100 por ciento de ácido hialurónico, es decir, cuando no es suplantado por otro tipo de sustancia prohibida los tratamientos son aprobados para uso en la cara. Bajo su calidad de sustancia de efecto temporal y re-absorbible, es utilizado en mínimas cantidades para disminuir el surco (línea) que se forma en el entrecejo y, en intervenciones más profundas es utilizado para aumentar el volumen del mentón y los pómulos.
“El relleno de ácido hialurónico está indicado para tratar las arrugas estáticas, reponer el volumen en áreas afectadas por el proceso de envejecimiento y mejorar el contorno facial”, aseguró el cirujano, quien recordó que “las esteticistas usualmente no son médicos y no están autorizadas por la ley a realizar ningún procedimiento invasivo como es en este caso la inyección de sustancias en la cara”.
Sobre los productos para rejuvenecimiento facial (de uso exclusivo médico), Herrera sugiere a los pacientes que “no se limiten a los comentarios de alguna amiga a la que le fue bien con un tratamiento. Muchos de estos productos producen complicaciones tardías y en muchos casos no se ven problemas en la etapa inicial”.
Recomendaciones
Desconfíe de todo lo que suena mágico, como cambios físicos complejos sin cirugía.
Asegúrese de recibir la atención médica de un especialista en cirugía plástica, dermatología o estética facial.
Nunca se realice este tipo de procedimientos en lugares que no cuenten con médicos capacitados y no tengan el aval de las Secretarías de Salud.
Revise y exija que la sustancia de relleno que se vaya a usar en su tratamiento cuente con la aprobación del Invima y verifique que sea precisamente lo que le dijeron que le iban a aplicar.