Secretarias a cuidar sus piernas

Las várices y las llamadas ‘arañitas’ que suelen salir en las piernas, son de las cuestiones de salud por las que deben preocuparse las secretarias.
Y es que además de estar pendientes del bienestar de sus jefes, es justo que en esta entregada labor las secretarias también se preocupen por su salud.
Estos problemas vasculares se presentan por permanecer mucho tiempo sentado o de pie.
Por esta razón las secretarias están más propensas a padecerlo y deben tener mayor cuidado si tienen factores hereditarios, se encuentran embarazadas o si su edad oscila entre los 40 y 50 años.
Las varices se forman por un mal funcionamiento de las válvulas de las venas de las piernas, lo cual hace que éstas se ensanchen, dilatan y se vuelvan en ocasiones dolorosas.
“Este es un problema de salud que padecen mucho las secretarias; al permanecer sentadas durante mucho tiempo, las venas hacen retención de líquido hasta llenarse y cuando esto sucede aparecen las várices y ‘arañitas’ que son más pequeñas”, afirmó Vilma Velásquez Barrios, fisioterapeuta especializada en Rehabilitación Cardiovascular.
Para evitarlas, es importante que las secretarias realicen pausas laborales.“Se deben realizar pausas dentro del trabajo al menos cada hora o cada dos horas; en estas pausas no se gastarán mucho tiempo y si sacarán el provecho de cuidar el bienestar de sus piernas de este problema”, dijo Velásquez Barrios.
“Se trata de algo sencillo, basta con ponerse de pie, mover las piernas un poco, girar los tobillos, batir las extremidades de tal manera que la circulación de la sangre se agilice”, agregó.
Más allá de ser un problema estético, las várices son un problema delicado de salud que en ocasiones se pude llegar a agravar.
Las manifestaciones más graves se convierten en arterias muy dilatadas, notorias y muy dolorosas.
Por eso si su trabajo no le deja mucho tiempo para hacer las pausas, busque la manera de que sus piernas no queden en una sola posición que pueda provocar las várices.
“La otra opción es poner un cajón en los pies y estar moviéndolos en ritmo ‘punta talón’ constantemente, además de estirar y recoger las piernas en reiteradas ocasiones”, sugirió la Fisioterapeuta.
Otras prevenciones
Además de las pausas en los intermedios laborales para prevenir la aparición de las várices, también es importante tener en cuenta otros mecanismos de prevención.
Es importante controlar el peso, pues el sobrepeso es otro factor influyente en la mala circulación, al tiempo que se debe realizar ejercicio diario (al menos caminar) e implementar una alimentación sana en la rutina.
Estas tres actividades ayudan a mantener activos los músculos de las pantorrillas y favorecen la circulación.
La buena circulación es la clave para evitar que la san-gre se acumule en las venas y aparezcan las várices.
Pero si ya aparecieron en sus piernas, evite que se evidencien más y se agraven.
Evite el uso de zapatos de tacón alto o demasiado planos y de ropa muy ajustada.
Realice duchas calientes seguidas de frías en las piernas, alternando unos minutos de calor con otros de frío.
Evite la permanencia prolongada en una sola postura o de piernas cruzadas, haga breves caminatas, realice masajes con las piernas en alto, evite las altas temperaturas, eleve las piernas al mediodía durante media hora y por supuesto acuda al médico.
Pausas laborales
Las pausas laborales son importantes para mantener su cuerpo sano pese al estrés laboral. Por ello es esencial sacar varios ratos al día por su salud.
“Pare su trabajo un momento, déle giros suaves a su cuello, muñecas y tobillos; mueva los hombros hacia delante y hacia atrás, y estire todo su cuerpo; además esté pendiente de la postura de su espalda, fíjese en que su silla sea ergonómica, mantenga la pantalla de su computador a una distancia prudente al igual que el teclado y use protector de mause para que evite el tunel carpiano”, explicó la fisioterapeuta, Vilma Velásquez.
Clases de várices
Las venas varice se clasifican en cuatro grados de acuerdo a su gravedad.
Grado 1. Son de tipo estético y a veces producen pesadez y cansancio en las piernas. Pese a ser pequeñas se les debe prestar la misma atención que a las demás.
Grado 2. Son más visibles dolorosas por lo cual ya empiezan a ser un problema de salud que puede agravarse. Tanto ésta como la grado 1 son de tratamiento médico y no quirúrgico.
Grado 3. De las tres son las más visiblemente y las pueden tener hombres y mujeres, le siguen al grado 2, denotan fallas extremas en el sistema arterial y venoso.
Grado 4. Se acompañan de algunas de las complicaciones como cambios tróficos en la piel y úlceras maleolares, entre otros. Requieren muchas veces de cirugía.