La investigación con información de más de 40.000 personas halló un incremento estadístico significativo: un 21 por ciento de mayor mortalidad en aquellos que tomaban esa cantidad o más pocillos de café semanal. El riesgo era 50 por ciento mayor en hombres y mujeres con menos de 55 años. No se encontró efecto adverso alguno entre los grandes bebedores de café con más de 55 años.
Dado su consumo habitual hoy en día, los efectos del café sobre la salud han sido muy estudiados pero nunca se ha encontrado con certeza un efecto nocivo aunque ha habido estudios con resultados contradictorios o poco sólidos.
En esta investigación se siguió a los individuos durante 16 años, en un estudio para conocer el efecto del café sobre todas las causas de muerte por enfermedad cardíaca.
De 1979 a 1998, unos 45.000 participantes entre 20 y 87 años respondieron un cuestionario médico sobre sus estilos de vida, incluido el consumo de café.
En ese tiempo hubo 2.512 fallecimientos, 87.5 por ciento de ellos hombres. El 32 por ciento se debió a enfermedad cardiovascular. Aquellos que consumían mayores cantidades de la bebida (tanto hombres como mujeres) eran más dados a fumar y tenían menor salud cardiorrespiratoria.
Los hombres jóvenes tenían mayor tendencia a morir aún con bajo consumo, pero el dato fue más relevante a partir de los 28 pocillos semanales: 56 por ciento de aumento en la mortalidad por todas las causas. Las mujeres tenían un riesgo dos veces mayor de morir.
Los investigadores especulan que esa asociación podría deberse a la interacción edad-consumo combinada con un componente genético de adicción al café.
También enfatizan que se requieren más estudios en distintas poblaciones para determinar los efectos del consumo a largo plazo y los cambios en el consumo durante un tiempo determinado y su asociación con distintas causas de mortalidad.
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