“Me quedo en la literatura”

Luego profundizar, a través de la literatura, en las relaciones de amor entre enemigos, Patricia Lara buscó entre sus vecinos, algunos del pasado y presente, para crear la historia de “Hilos de sangre azul”, su segunda novela. “Amor Enemigo”, su novela debut, surgió a través de su labor de periodista, por medio de entrevistas entre paramilitares y guerrilleros, con el fin de ubicar la raíz del por qué llegan a la guerra y como en ella se gestaban relaciones de amor entre diferentes bandos. Una forma de “Romeo y Julieta” a la colombiana. Ahora, para “Hilos de sangre azul”, no repitió la fórmula. En ella, todo es pura ficción, aunque como dice Gabriel García Márquez, no hay un solo renglón de ficción que no esté basado en la vida real. “Cuando estaba en la Revista Cambio, siempre decía, ‘yo tengo qué hacer un libro sobre mis vecinos’, pues en esa época vivía cerca de Santiago Medina, junto a algunos personajes políticos. Ninguno de los personajes de la novela están inspirados en mis vecinos, pero lo que me causaba curiosidad es la mezcla de personajes que se pueden encontrar en un mismo edificio”. Y Lara agrega: “Si piensas en tus vecinos, vas a encontrar que es una fusión de buenos y malos, de aquellos que conoces y a quienes apenas has visto. Busqué darle un hilo conductor a estas ideas, propiciando una escena donde un hombre de finanzas aparece muerto en su apartamento, y su vecina periodista no se despega de la historia”. El hombre de finanzas es Pedro, un hombre con mucho carisma, con mundo y las herramientas suficientes para ser todo un seductor. “Pedro fue un niño privado de cosas. Venía de una familia aristócrata venida a menos, por lo que crece queriendo más y más, y hasta el matrimonio lo ve como un buen negocio, cosa que cada vez vemos más”. Patricia Lara necesitaba un mecanismo para relacionar a Pedro con sus demás vecinos del edificio. Así, se le ocurrió que Pedro tuviera un negocio financiero de gran éxito, donde involucrara a sus vecinos, con promesas de inversiones pequeñas y cortas, con ganancias grandes y rápidas. Al final, cae en bancarrota, los vecinos terminan odiándolo, y aunque al parecer se suicidó, Sara Yunus, su vecina periodista, duda de ello. “Es lógico que ahora relacionen esta historia con las pirámides, pero en realidad tan sólo fue una excusa para establecer relaciones de amores y de odios entre los vecinos del edificio”. Tan apasionada está Patricia con la literatura, en especial con el género de la novela, que afirma que difícilmente volverá a escribir un libro de periodismo, “yo me quedo en la literatura”. Para ella, el mejor sicoanálisis son sus libros de literatura, “porque mientras estás contando supuestas historias ajenas, terminas sacando todo de ti y descubriendo cosas tuyas que jamás conocías”. Lo interesante está en que así como a Sara, la periodista de la novela, a Patricia un sutil hilo la llevó a descubrir una gran historia. “Lo primero que sale del Proceso 8000 es la historia de las camisetas, porque una fuente me entregó un consecutivo de contabilidad con una dirección, la cual era de la casa de Santiago Medina, mi vecino, y así empezamos a realizar la investigación, así como Sara en la novela, a través de un hilo de sangre, destapa una historia de alto impacto”, finaliza Patricia Lara. UN POCO DE HISTORIA La periodista Sara Yunus intenta desvelar el misterioso asesinato de Pedro Ospina, un reconocido hombre de negocios que vivía en su mismo edificio, en el que fue encontrado muerto. Cuando la periodista empieza a indagar, Sara descubre que Ospina tenía serios problemas económicos, pues había montado una sofisticada pirámide y algunos de sus clientes eran los habitantes del edificio, que se perfilan así como los principales sospechosos. Sara habla con todos ellos y descubre muchos secretos que involucran a Pedro Ospina y que todos preferirían que quedaran ocultos.