Cuando Toya Montoya empieza hablar de su experiencia en la tercera versión de “Amazing Race”, no para de hablar. No es la primera vez que ella participa en un reality show, pero esta vez, se jugaba algo más que un premio.
A este concurso televisivo se inscribió con su novio, Juan del Mar, y en plena alta competición sabían que pondrían a prueba su capacidad de convivencia y tolerancia. Más sabiendo que una de las parejas ganadoras de este concurso en sus anteriores ediciones en América Latina habían terminado separándose.
Tanto como participante como conductora ha estado en varios realitys shows y no teme en afirmar que si tuviera la oportunidad participaría en otros programas concursos de este corte, aunque admite que fue impresionante el desgaste en “Amazing Race Latinoamérica”.
Para este reto debió dejar de lado por unos meses su trabajo como modelo y sus campañas publicitarias para recorrer buena parte del continente cumpliendo uno a uno los retos de esta dura competencia.
Ahora regresó para continuar con su trabajo y seguir desarrollando su trabajo social, como el que realiza en su natal Santa Marta en pro de los niños de la región. Además, se acaba de unir a la alianza de P&G y el Comité Olímpico Colombiano para apoyar el deporte y resaltar la importancia de las mamás en el desempeño de los atletas.
En competencia
¿Cómo fue la llegada al Amazing Race…;?
Nosotros éramos los que menos maleta llevábamos, pero luego nos empezó a pesar una barbaridad y empezamos a dejar muchas cosas en el camino. Duramos con el mismo pantalón un mes, el cual lavábamos en las noches, no siempre, para tenerlo listo para el siguiente día de competencia.
Eran siete horas diarias de carrera que la maleta lo hacía más complicado. Al principio nosotros con Juan teníamos todo bien preparado vistiendo del mismo color y todo bien puestecito. Después te olvidas de todo, porque te deja de importar todo para concentrarte en la competencia.
¿De quién fue la idea de competir?
La de la idea fui yo. Me he visto el programa americano casi todo. Apenas salió el de América Latina nos inscribimos en la segunda temporada y no salimos escogidos, pero la tercera fue la vencida.
¿Qué tal la experiencia de participar en una reality con su pareja?
Fue difícil. Si te vas con tu hermano o amigo es más fácil porque te puedes pelear, pero cuando vas con tu pareja la cosa es más difícil. Cuando veo los capítulos me doy cuenta de la cantidad de malas palabras que dije por la cantidad de pitos que colocó la producción, y es por la adrenalina del momento que te olvidas que estás frente a una cámara.
Creíamos que era un reto de pareja superar el reality, porque en la primera temporada una pareja de esposos ganaron la competencia pero luego se separaron porque se trataron muy mal. Fue una prueba para los dos, nos tratamos muy mal, pero logramos separar la competencia de la relación.
¿Cambia mucho lo que uno ve como televidente a lo que realmente viven los competidores?
Los mayores reclamos de Juan del Mar en competencia era que él me había dicho que debíamos entrenar para el reality y que yo le decía que esto era una pendejada. Además, todo el programa salgo yo detrás de él porque Juan es una persona súper competitiva y siempre quiere ser el menor, mientras me fui a divertirme.
Creo que fue una enseñanza mutua y Juan también aprendió que no ser el primero no es el fin del mundo, mientras que yo aprendí a ser más tolerante. Además del fortalecimiento de la pareja fue maravilloso.
Lo curioso es que pensaba en participar para conocer los países, pero compitiendo tú no te fijas en nada sólo en lo que estás haciendo.
Ya son varios realitys en los que ha participado…;
Hice La Isla de los Famos.o.s y presenté dos Desafíos y la verdad no lo veo como algo malo, es divertido y te saca de lo cotidiano, y que son experiencias únicas que realmente no sabes si volverás a vivir.
Como dicen en el vocablo popular, ¿Les dio la pálida?
En competencia no, pues te dolía todo, raspones y tengo las piernas magulladas. Cuando llegué a Colombia sufrí una fuerte tendinitis y estuve malita un par de semanas. De algo estoy segura, me esforcé demasiado para representar a mí país y creo que lo hice bien.
Actividad social
Ahora retomando las actividades profesionales y siempre con sus campañas sociales…;
Siempre he estado involucrada en ellas, creo que hace parte de la responsabilidad que tenemos las personas que gozamos de cierto reconocimiento de la gente.
Ahora estoy con P&G y el Comité Olímpico Colombiano para llevarle oportunidades de deporte a los niños colombianos. La idea es identificar los colegios más vulnerables donde se pueda fomentar el deporte. Se realiza un concurso en las principales ciudades del país, donde los colegios compiten en diferentes actividades, y los ganadores logran canchas múltiples para sus colegios.
Lo bonito es que se ha pensado en las mamás, quienes siempre están detrás de uno impulsándolo para hacer las cosas. Sin ellas, es muy difícil que logren las cosas importantes.
¿Y su fundación?
Seguimos trabajando en ella, ahora venimos con “Una noche de sonrisas” para recaudar fondos para los niños con quienes estamos trabajando. Mucha gente trabajando por una bella causa.
Desde abril abrimos un comedor con 55 niños y madres cabeza de familia que hacen la comida y va súper bien. El propósito es tener casa propia para el comedor.
¿Y la televisión?
Esperando un proyecto tentador, pues actriz no quiero ser, presentadora de farándula tampoco, pero si me gustarían proyectos especiales con el que me identifique. Siempre relajada y sin afanes.
Sociales
Toya Montoya, la dama de los realitys shows
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