La Fiscalía acusó formalmente al coronel John Harvey Peña y a los subintendentes Fleiber Leonardo Zaborda y Nelson Giovanni Tovar por su presunta participación en la manipulación de la escena del crimen del joven grafitero Diego Felipe Becerra.
El ente acusador determinó que el patrullero Wílmer Alarcón, señalado de disparar contra el adolescente, conformó un pacto sepulcral con el fin de ocultar su responsabilidad en el crimen, desviando la investigación con el fin de acusar al grafitero de delincuente.
"Se conoce que se creó un acuerdo común para alterar la escena de los hechos y las investigaciones que adelantaron las autoridades judiciales. Que se implantó un arma en la escena del crimen para justificar el actuar de Wílmer Alarcón en este caso y crear una gran confabulación para evitar que un uniformado de esa institución fuera procesado" dijo el fiscal del caso.
Los delitos que enfrentarán los uniformados, que ya se encuentran privados de la libertad, son falsedad ideológica en documento público, porte ilegal de armas, fraude procesal y ocultamiento de elementos materiales probatorios.
Tras esta diligencia de acusación, en las próximas semanas se iniciará el juicio contra los tres uniformados, quienes podrían pagar una condena de hasta 25 años de prisión por la muerte del joven.
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