“Anderson era quien mantenía a su familia, que es de escasos recursos. No sabemos cómo traer el cuerpo a Medellín y buscamos que las autoridades nos ayuden, no tenemos plata ni para comer, menos para gastos funerarios”.
Angustiados se encuentran los familiares de Anderson Andrés Ramos Alarcón, de 26 años, el miembro de la comunidad LGBT asesinado de tres cuchilladas en la madrugada del domingo en la parte trasera de la Plaza de Toros, en Cartagena.
Anderson era oriundo de Medellín, donde lo conocían como ‘Brenda’. En Cartagena le decían ‘Michel’ y era trabajador sexual, según sus familiares. La hipótesis manejada por la Policía indica que la víctima se encontró a eso de las 4:30 a. m. con un hombre conocido como ‘Carlos’ y luego de eso no se supo más de ellos hasta que hallaron el cuerpo de Anderson una hora después.
Tras las publicaciones de los medios locales, amigos y familiares en el barrio Santa Cruz La Rosa, en Medellín, concluyeron que Anderson era la víctima.
“Desde noviembre pasado él decidió viajar a Cartagena para trabajar y mandarle plata a su abuela Mariela Ramos. Lo hizo porque en esa ciudad hay más turistas y aparentemente es más seguro para los miembros de la comunidad LGBT. Su madre murió hace poco de cáncer y Anderson decidió hacerse responsable de su abuelita.
“Él iba y venía, tenía amigos en Cartagena, pero esta vez no pudo venir más por la cuarentena, entonces se quedó en esa ciudad. Desde hacía tres meses no llamaba para Medellín y lo último que dijo era que quería ir a visitar a su abuela”, le contó un allegado a El Universal vía celular.
Agrega que sabían a qué se dedicaba ‘Michel’ y nunca lo criticaron porque lo hacía para tener “bien a su familia”. “Siempre fue homosexual, desde niño lo sabíamos. Él trabajaba duro por su abuela, para que ella se quedara en casa y no le faltara nada, ahora no sé qué será de esa señora”, apunta el pariente.
El cadáver de Anderson permanece en Medicina Legal, en el barrio Zaragocilla.
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