Mientras que en muchos sectores de la ciudad las gentes se despertaban con la expectativa de saber cómo avanzaba la grave tragedia en Japón y otros planeaban su asistencia al concierto de Shakira, en la Plaza de la Aduana; en el barrio Nelson Mandela sus habitantes sólo se preguntaban por qué habían matado a Henry Humberto Marín Urea, de 30 años, natural de Alejandría (Antioquia), y quien residía en Cartagena hacía 11 años.
El crimen, según el reporte de la Policía, ocurrió poco antes de las 6:30 de la mañana.
Dicen, de acuerdo con las primeras versiones que se escucharon después de la acción criminal, que fueron dos hombres los que asestaron este nuevo hecho, que enluta a una nueva familia cartagenera, y que eleva las frías estadísticas sobre criminalidad en el Distrito.
Algunas personas que se acercaron al lugar donde quedó el cuerpo comentaban que durante la noche se vivió una tranquilidad absoluta, pero que los balazos que se escucharon despertaron abruptamente a muchos de los habitantes de este popular barrio de la ciudad.
Hubo quienes por temor no se atrevieron a salir de sus casas, y desde adentro intentaban saber qué había ocurrido.
Poco a poco y cuando el temor por lo ocurrido había disminuido se conoció que el crimen fue perpetrado por dos hombres que llegaron hasta la tienda Miramar, en la calle principal del barrio, a bordo de una motocicleta.
Dicen las pocas personas que quisieron comentar lo sucedido, que los asesinos dispararon contra Marín Urea poco después que éste abriera la tienda en la que laboraba como ayudante.
“Uno de los hombres se bajó de la moto y se dirigió hasta donde se encontraba Marín Urea y sin mediar palabras le disparó en varias ocasiones”, dice una persona. Añade que escuchó tres detonaciones.
El trabajador cayó de inmediato al suelo. No hubo nada más que hacer. Su deceso fue instantáneo, era lo que comentaban en el lugar.
Cumplido su cometido, tanto el asesino como su acompañante huyeron del sector rápidamente sin que nadie diera razón de hacía qué lugar habían cogido.
No tenía amenazas
Familiares y allegados de la víctima, poco después de cometido el crimen, dijeron que desconocían los móviles de este hecho.
Sus parientes contaron que desconocían sí él estuviera siendo amenazado por algunos integrantes de bandas delictivas que operan en la zona, o sí fuera víctima de una extorsión por el hecho de laborar en una tienda.
“Pedimos a las autoridades que no dejen que esta nueva muerte quede en la impunidad. Que se investigue qué fue lo que realmente ocurrió y que capturen a los responsables del asesinato”, dice un familiar el joven acribillado.
Se logró conocer que las autoridades comenzaron el proceso investigativo con base en una serie de elementos, tanto materiales como de información, recopilados durante la diligencia de levantamiento del cadáver.
“Esperamos que las informaciones que tenemos puedan arrojar buenos resultados en cuanto al esclarecimiento de este crimen, y que podamos dar con el paradero de los autores materiales e intelectuales de este hecho”, explica un vocero de la Policía Metropolitana de Cartagena.
Es de anotar que con este crimen, ya son tres los cometidos en este barrio en lo corrido del año.
Hasta el cierre de esta edición las autoridades no habían reportado ninguna captura por este crimen.
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