En el primer semestre de este año hubo 101 homicidios en Cartagena y sus corregimientos ( 23 en enero, 15 en febrero, 19 en marzo, 10 en abril, 21 en mayo y 13 en junio). De esos casos, 47 fueron en riñas, 29 en sicariatos, 10 en atracos (víctimas), 2 feminicidios, 3 linchados y 5 en enfrentamientos con la Policía o a manos de sus víctimas.
Cinco de esos hechos de sangre ocurridos en el primer semestre de 2021 dejaron seis víctimas y están aún sin resolver. Esos asesinatos causaron conmoción en la ciudad y aún no hay capturas reportadas.
El misterioso asesinato de Dumar
Lo único claro en la muerte del ingeniero industrial Dumar Alfonso Bernal López, de 36 años y oriundo de Bogotá, es el balazo que recibió en la cabeza mientras probaba una moto deportiva en la Ruta 90, entre la Vía del Mar y La Cordialidad.
Varias voces se han unido para exigir celeridad en las diligencias y esclarecer este hecho de sangre, entre ellas la de Ecopetrol, empresa para la cual laboró en los últimos once años.
La Policía Metropolitana de Cartagena solo ha confirmado hasta ahora que está ofreciendo una recompensa de hasta 10 millones de pesos por información que permita identificar y capturar al responsable del homicidio de Dumar Bernal.
Su prometida, Paola Cano, y otros allegados creen que el o los presuntos responsables del crimen de Bernal posiblemente residen en esa zona, que es cercana a los corregimientos de Bayunca, Pontezuela y Manzanillo del Mar.
El móvil del hurto ha sido descartado inicialmente porque a la víctima le hallaron todas sus pertenencias, entre esas su billetera y la moto Honda XRE 300 que había adquirido recientemente para hacer un recorrido por varias regiones del país.
Un dato que es investigado fuertemente es el de por qué el casco que portaba Dumar lo hallaron en poder de otra persona que, al parecer, labora cerca de la Ruta 90.
Ese particular no está capturado y se conoció que lo entregó voluntariamente. Sin embargo, con el casco pudieron establecer cómo entró el proyectil a la cabeza del motociclista deportivo. Dumar murió mientras lo atendían en la Clínica Madre Bernarda.
Desaparición y muerte
El conductor Eduardo Navas Castillo, de 66 años, fue reportado desaparecido por sus familiares el viernes 26 de marzo mientras laboraba en su vehículo particular para una plataforma virtual. Lo vieron por última vez recogiendo pasajeros en el sector de Los Ejecutivos en un Chevrolet Spark Life, de placas ISK-297, que aún no aparece.
Dos días después, el domingo 28 en la mañana, el cuerpo de Navas, quien residía en El Socorro, lo hallaron en una trocha cercana a la empresa Tubo Caribe, en inmediaciones del barrio Nelson Mandela. Tenía las manos atadas y habría recibido un balazo en la cabeza.
¿Qué pasó con él?, es algo que no tienen claro ni las autoridades ni sus familiares. La Policía dijo en su momento que esperaba un reporte de Medicina Legal para establecer las causas exactas de la muerte de Eduardo, pero las investigaciones no avanzan. Sus allegados creen que lo mataron para robarle el carro.
¿Por qué mataron a Moisés?
Moisés De la Cruz Ávila se forjó a punta de esfuerzo, tesón y trabajo en el barrio La María. Con 57 años tenía tranquilidad y estabilidad. Era dueño de una ferretería y una tienda, y tenía otros locales en arriendo. Todos esos negocios están en una misma esquina, la calle 48 del sector Los Corales.
A Moisés era común verlo barrer todas las mañanas la puerta de la ferretería. El pasado 11 de febrero no fue la excepción. Muy temprano, a las 5:20 a. m., salió a limpiar la terraza y el sardinel. En eso estaba cuando pasaron dos sujetos y uno de ellos le disparó al pecho. La muerte fue inminente.
Siete meses después, los parientes de De la Cruz Ávila no saben por qué lo asesinaron. No tienen claro si se trató de un hurto o era víctima de una extorsión. De lo que sí están seguros es que el comerciante cartagenero no había recibido amenazas y que aún la Fiscalía (a cargo de la investigación) no les ha informado de resultados de alguna diligencia, pese a que en su poder están videos de cámaras de seguridad del sector que captaron el momento del crimen.
“Él no tenía amenazas. Quiero que las autoridades competentes pongan la lupa para que el caso de mi papá no quede en la impunidad”, manifiesta Lizeth De la Cruz Ortega, hija de la víctima.
Acribillados en una casa
El jueves 4 de febrero, a las 11 de la noche, ráfagas de disparos se escucharon en cada rincón del corregimiento de Punta Canoa, a un costado de la Vía del Mar, zona norte de Cartagena. Un doble homicidio provocó temor y tensión entre los habitantes de esa localidad, golpeada anteriormente por hechos similares relacionados con el narcotráfico.
Policía Metropolitana de Cartagena.
A una vivienda en la calle Miraflores ingresaron a la fuerza varios sujetos y asesinaron a dos personas que recientemente habían llegado hace poco del interior del país. Una de las víctimas fue identificada al día siguiente como José Miguel Garzón Vaca, de 54 años, oriundo del municipio de Acacías, Meta. Un día después se supo que el otro hombre baleado mortalmente era John Garzón Cuervo, de 42 años, quien sería familiar del otro fallecido. José Miguel fue impacto en dos oportunidades en la cabeza, mientras que John recibió un solo balazo, también en la zona frontal.
Lo que hasta ahora la Policía Metropolitana ha podido establecer es que se podría tratar de un ajuste de cuentas relacionado con tráfico de estupefacientes. Según las autoridades, Garzón Vaca tenía antecedentes por tráfico y fabricación de estupefacientes y al momento de los hechos, en el interior de la casa, habían dos kilos y medio de base de coca.
Se destaca de este hecho que las cerraduras de las puertas de la casa no fueron averiadas, lo que hace pensar a los investigadores que los sicarios llegaron al sitio por ser, supuestamente, conocidos de las víctimas. Un vecino aseguró que las víctimas tenían pocos días viviendo en la casa y que no eran conocidas en la zona.
Atraco, muerte y mucho dolor
Eran días de felicidad para Óscar Mauricio Valdelamar Camacho. Pese a la pandemia por el COVID-19, logró culminar uno de sus sueños en el 2021: graduarse de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Tecnológica de Bolívar.
El jueves 18 de marzo almorzaba con su novia en un restaurante de asados en el barrio El Bosque, en la Transversal 50, cuando fueron abordados por dos hombres en moto que les quitaron sus celulares y dinero en efectivo. No contentos con eso, los delincuentes obligaron a Óscar a que también les entregara un anillo de oro.
El joven, de 23 años y residente en El Pozón, accedió a darles la prenda, pero por el susto y la tensión del momento el anillo no le salía. La impaciencia e intolerancia del ladrón se tradujo en un balazo que le dio a su víctima en la ingle sin importarle que allí estaba su novia y ante la presencia de otros clientes y empleados del lugar.
Valdelamar Camacho y su pareja estaban sentados en la parte externa del restaurante, a un costado de la calle. Quizás por eso fueron las únicas víctimas de los atracadores, que en moto huyeron por una calle de Alto Bosque.
A Óscar lo llevaron la Clínica de El Bosque a eso de la 1:10 de la tarde. Unos 15 minutos después se enteraban sus padres de la tragedia. Al llegar a la urgencias, los médicos les informaron que había perdido mucha sangre y por esa razón debían estabilizarlo. A las 9 de la noche, cuando lo preparaban para cirugía, falleció.
Seis meses después de ese hecho de sangre que causó conmoción en la ciudad, la Policía Metropolitana aún no ha reportado capturas por este vil asesinato.
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