Sucesos


“Chateaba en su celular cuando lo acuchillaron”

Familia de cantante de champeta asesinado en el corregimiento de Cañaveral, en Turbaco, dice que un delincuente lo atacó para quitarle el teléfono.

JULY ANAYA MARRUGO

19 de febrero de 2019 12:00 AM

Su sueño de ser un gran cantante se desangra. La gente que lo rodea grita fuerte, pero entre la música, las voces de auxilio se pierden. Los latidos del corazón de Esneider López Revolledo son lentos; sin embargo, un hombre en un motocarro se abre paso entre los curiosos, lo recoge y lo traslada a un centro asistencial.

Falta cinco para las 12 de la madrugada del lunes cuando un cuchillo atraviesa una y otra vez el cuerpo de Esneider en el corregimiento de Cañaveral, en Turbaco. Allí celebran el Festival de la Caña.

Estaba cantando

Esneider López, de 23 años, vive con su familia en el municipio de Santa Rosa de Lima, pero el domingo es invitado por sus amigos para participar en el Festival, ya que él canta champeta. López acepta y con ello se gana un boleto a la muerte de la forma más absurda: un atraco.

Sí, además de cantar toda la noche del domingo en una caseta, dicen en el pueblo que Esneider se opone a que le hurten su celular mientras esta chateando. El maleante lo ataca a cuchillo.

Un tal ‘Alexis’

Osman López, papá de Esneider, reclama el cadáver de su hijo ayer en la mañana en la morgue de Medicina Legal, en Zaragocilla. Allí relata que se entera a las 2 de la madrugada.

“Me cuentan los amigos de mi hijo que él salió de la caseta y se sentó en las afueras a chatear en su celular. En ese momento llegó un sujeto que conocen como ‘Alexis’. Este tipo le arrebató el celular y hay como un forcejeo entre ellos cuando lo acuchillan. Mi hijo salió corriendo, huyendo del problema, pero ya estaba herido”, cuenta Osman.

Los esfuerzos que hacen en el hospital de Turbaco, a donde es trasladado Esneider, son en vano. “Cuando llegamos, ya estaba muerto”, menciona el familiar.

Sin rastro

De ‘Alexis’ solo se sabe que es un residente de Cañaveral, dice la Policía. En el pueblo aseguran que el presunto agresor huye una vez roba el celular.

“La Sijín se está encargando del caso. Solo pido justicia, porque mi hijo era un muchacho con sueños y metas, que no le hacía daño a nadie”, expresa con lágrimas Osman.

De Santa Rosa

Osman dice que a las 9 de la noche del domingo, él llama a Esneider para preguntarle si ya lo puede recoger, pero su hijo le manifiesta que se quedará en casa de sus amigos.

Esneider era el segundo de tres hermanos y estudiaba en Bellas Artes y el SENA, pero hace varios meses solo se dedicaba a cantar a donde lo inviteran para darse a conocer.

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