Comerciante mató a su esposa, al hijo y después se suicidó en Arboletes

Cuando el hijo del primer matrimonio del comerciante Marino de Jesús Marzán Santos llegó a su casa para ver por qué su padre no había abierto el negocio, nadie le respondió.
La extraña situación le llamó la atención y fue entonces cuando decidió asomarse por la ventana desde el segundo piso de una casa vecina. Fue allí cuando se percató que su padre se había ahorcado.
Aún sin saber lo que había pasado llamó a las autoridades e ingresaron en la residencia ubicada en el barrio El Progreso del municipio, ubicado a pocos kilómetros de la capital monteriana.
Una vez dentro de la casa la escena era aún más dantesca: Yeimi Galván Villadiego, compañera sentimental desde hace cuatro años del propietario de un almacén de bicicletas, y su hijo de cinco años habían sido degollados por este, quien una vez los asesinó decidió quitarse la vida.
El menor Juan Sebastián Marzán Galván no era hijo del comerciante sino de su esposa pero lo había adoptado como tal.
Ella, una mujer de 24 años de edad, tenía dos semanas de embarazo.
Nadie se dio cuenta de lo que había ocurrido al interior de la residencia. Las primeras versiones indican que pudo haberse tratado de un crimen pasional.
Marino de Jesús era un hombre ampliamente conocido en el Municipio. Además de tener un almacén de bicicletas y de repuestos para las mismas era un consagrado ciclista.
Las primeras versiones entregadas por la policía señalan que tanto la mujer como el menor fueron asesinados con un cuchillo y los cuerpos estaban tirados en el patio del segundo piso.
La policía hizo el levantamiento y los cuerpos sin vida fueron trasladados a la morgue del hospital Pedro Nel Cardona.
Wilson Villadiego, hermano de la víctima, indicó que el hombre era muy celoso y que en alguna oportunidad su hermana le había manifestado que tenía ganas de irse de la casa.
También que el comerciante últimamente esta registrando problemas de salud y que temía que su compañera volviera con su ex marido y padre de su hijo, quien había estado solicitando la posibilidad de reconocerlo y darle sus apellidos.
Entretanto vecinos de la pareja indicaron que eran estables y que tenían buena relación.