Sucesos


Condena de 39 años de cárcel a policía que mató a motociclista

El expatrullero Anderson Yepes le disparó a Karol Blanco con un arma que no era de dotación oficial. El hecho sucedió el 6 de diciembre de 2012 en el barrio Lo Amador, en un procedimiento de rutina.

EDWIN TORRES PADRÓN

15 de octubre de 2019 12:00 AM

No dejes que muera”, dijo por última vez Karol José Blanco Zambrano a su mujer Jennifer Barrios mientras lo llevaban en un taxi del barrio Lo Amador a la Clínica Cartagena del Mar, en el Pie de La Popa, tras recibir un balazo en la pierna izquierda en medio de un procedimiento policial.

Era la tarde del jueves 6 de diciembre de 2012 y en la calle Santander todo era caos. A Blanco Zambrano, de 26 años, le disparó un policía en lo que comenzó como una labor de rutina de verificación de documentos de motos en un retén móvil.

Doce horas después de aquel procedimiento, Karol falleció y se inició entonces un largo proceso judicial que culminó hace dos semanas, cuando el Tribunal Superior de Cartagena ratificó la sentencia del 10 de julio de 2018, mediante la cual el Juez Primero Penal del Circuito con funciones de Conocimiento condenó a la pena principal de 39 años y 3 meses de prisión (472 meses) al expatrullero de la Policía Nacional Anderson Alberto Yepes Navarro.

Lo declararon autor de los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones.

Según el Tribunal, Yepes Navarro, miembro de la primera patrulla que llegó de apoyo a la trifulca que se originó entre la comunidad y la Policía por la inmovilización de la moto de Blanco, le disparó en la pierna cuando este se encontraba de espaldas huyendo del oficial.

El Tribunal confirmó que el día de los hechos no le había sido entregada arma de dotación a Yepes Navarro y no contaba con permiso para portar un arma de uso personal.

La defensa de Yepes alegó que él era el conductor de la patrulla, por lo que nunca bajó del vehículo, pues estaba encargado de su custodia y debía estar listo para encenderlo y ponerlo en marcha. Dice la defensa que su compañero de patrulla era quien se desempeñaba como parrillero y descendió de la moto, lo que generó un disparo al asfalto de la calle que pudo rebotar e impactar a la víctima.

El Tribunal, sin embargo, consideró que esa coartada de la defensa que soportó con el testimonio de varios policiales no contrarresta las versiones suministradas con anterioridad por los agentes que participaron en el operativo.

Trifulca y muerte

Karol José Blanco vivía en la casa de su mamá Mariela Zambrano con su mujer y su hijo, de 5 años.

Sus familiares dicen que era cocinero y laboraba ocasionalmente en varios restaurantes en los que le pagaban por día de trabajo, por lo que decidió dejar esas funciones y buscar una empresa en la que le dieran todas las prestaciones.

Fue entonces cuando empezó a trabajar como vigilante. Un mes antes de su muerte lo contrataron en una empresa en Mamonal y compró una moto que cuidaba celosamente, manifestaron en su oportunidad sus familiares.

El día en que recibió el balazo le llevó la moto a las 5 de la tarde a un mecánico conocido para que le hiciera unos ajustes. Parientes explican que una hora después fue a buscar el vehículo y al regresar lo detuvieron cuatro policías motorizados a solo una cuadra de su casa. El vigilante no tenía los papeles de su moto, pero les habría dicho a los uniformados que lo podrían acompañar a su casa para mostrárselos.

“Uno de los policías le quitó las llaves de la moto y eso generó una discusión. Uno de ellos le dio una trompada en la frente a Karol, aún conociéndolo. El vigilante escapó, tomó unas piedras y se las tiró a los policías. Luego corrió a su casa y lo persiguieron, pero no pudo entrar porque encontró la reja de la terraza con candado. Siguió corriendo y ahí fue que le dieron el balazo en la pierna”, relató Mariela Zambrano en aquel entonces.

La mujer dice que la comunidad arremetió contra los policías y que luego el uniformado que le disparó a su hijo le dio dos patadas. “Yo socorrí a mi marido y lo llevé en un taxi a la clínica. Allá lo operaron y el médico nos dijo que el procedimiento fue un éxito, pero luego le dieron dos paros y murió. Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para que no haya impunidad”, manifestó Jennifer Barrios, mujer de Karol.

Siete años después, sus palabras han hecho eco en la justicia.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS