Estaba de pie, junto a la puerta de su casa, y el sector estaba tranquilo. El cielo empezó a nublarse y ella se asomó para contemplarlo, antes de que empezara a llover. Pero lo que vio no fue un lindo paisaje, ni gotas de agua...
Eran las 11:30 de la mañana de ayer y sus oídos quedaron aturdidos con el sonido de cinco disparos. Su primera reacción, en ese instante, fue cubrirse la cabeza y mirar al lugar del que provenían las detonaciones, mientras intentaba ocultarse.
Más adelante de su residencia, en el barrio Alto Bosque, vio el cuerpo de su vecino, John Mauricio Ruiz Forero, John Buque, y un charco de sangre, que se iba haciendo cada vez más grande. Él no se movía y tenía las piernas rectas sobre la calle y los brazos abiertos de par en par, en el andén, al mismo tiempo que sus verdugos huían en una moto.
Decenas de personas lo rodeaban y algunos se acercaron para ver si seguía con vida. Y sí, el corazón de John latía aún. La escena se mantuvo de la misma manera por varios minutos, hasta que un grupo de vecinos lo cargó y llevó en su propia camioneta para trasladarlo a la Clínica El Bosque. Antes de ser ingresado, dejó de respirar.
Los hechos
John Buque llegó al estacionamiento del edificio en el que vivía y subió a su carro, para salir. Con un control, abrió la puerta del garaje y condujo, pero segundos después se detuvo y estacionó. Bajó del vehículo para sacar algo del baúl, pero no alcanzó.
Cuando estaba a punto de abrir la puerta, el sicario que iba de parrillero en una moto, se bajó y haló el gatillo.
Los proyectiles hicieron que la víctima cayera inconsciente en el acto, mientras que el sujeto corrió y volvió a subir a la moto, en la que huyó sin dejar rastro. “Andaba caliente y estaba solo por ahí”, expresó un vecino, indicando que el fallecido, al parecer, tenía graves líos.
John tenía una pistola en la pretina del pantalón. Su hermana, quien llegó poco después al sitio, se negó a hablar.
En medio de su dolor, la mujer lanzó palabras obscenas con las que dejó muy claro que no tenía nada que decir. Pero también expresó con odio: “Esa vieja me las va a pagar”.
Al sicario lo describieron como un hombre de estatura media y piel trigueña. “Llevaba puesto un casco en la cabeza y otro en el antebrazo”, expresó uno de los curiosos.
En el lugar, la Policía encontró cuatro casquillos, aunque la comunidad asegura haber escuchado cinco disparos.
Poco después de lo sucedido comenzó a circular a través de redes sociales el siguiente video, donde se observa a una mujer, que presuntamente, era la compañera sentimental de Ruiz, quitándole algunos objetos de valor que este tenía consigo, como tres teléfonos celulares, la billetera, un reloj y una pistola.
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