Lo que les hicieron a Luz Dary Jiménez y su hija María Camila Quesada, de 45 y 15 años, fue espantoso. Las torturaron, violaron y asesinaron a cuchilladas. Ocurrió el 21 de marzo del año pasado en el corregimiento de Cascajal, Magangué. El lunes, un juez de Conocimiento indicó que el sentido del fallo contra los tres jóvenes señalados de perpetrar el hecho es condenatorio. Es decir, los declaró culpables de feminicidio agravado, hurto agravado y acceso carnal violento.
Luz vivía con su hija María y tenía una tienda. Uno de los asesinos, de 17 años, admitió que la madrugada de ese 21 de marzo entró a la casa de las víctimas junto a Jesús Castillo Domínguez y Geovanny Jiménez Castillo. Tras aceptar su culpa y volverse testigo de la Fiscalía, reconoció que golpeó a Luz con una pinza en la espalda y que Geovanny fue por la hija de esta. En la oscuridad terminaron agrediéndolas y matándolas. Días después fueron capturados. Tras cooperar, el joven de 17 años pagará 8 años internado en Asomenores. Sus cómplices, mayores ambos, recibirían entre 43 y 49 años de cárcel.
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