Fidel Jiménez Pardo, habitante del barrio La Esperanza, calle Cubero Niño, denunció un supuesto caso de abuso policial que tiene entre la vida y la muerte a su primo Carlos Herrera Vargas, un domiciliario de 35 años.
Según Jiménez Pardo, él y otros familiares tenían música en su vivienda cuando a eso de las 12:30 de la madrugada del lunes llegó un grupo de diez policías en cinco patrullas motorizadas pidiéndole que apagaran el equipo de sonido, pues esas celebraciones son restringidas por razones de la pandemia.
“La verdad es que ellos llegaron bien y nos pidieron el favor y yo les dije que si. Comenzamos a apagar todo y muchos de mis familiares comenzaron a irse, pero como siempre, hay un policía que se las tira de más chacho que todos y ese comenzó a insultar a tres jóvenes diciendo que los iba a joder. Esa actitud, por supuesto, alteró los ánimos de algunos que estaba ahí”, relató Jiménez Pardo.
Toma y dame
Aseguró que estos jóvenes, en vista de que los iban a agredir, tomaron piedras y se las tiraron a los policías y salieron huyendo. El joven que está herido hoy no corrió, sino que se fue para su casa y cuando iba llegando unos policías comenzaron a golpearlo y a decirle que él también estaba tirando piedra.
“Un policía le pegó una cachetada y él también le pegó. Cuando intenta correr, el policía saca su arma y le dispara. Le dio dos tiros, lo dejaron allí y se fueron. Los familiares lo llevaron a la Clínica Crecer, donde hoy se debate entre la vida y la muerte en una UCI”, relató Jiménez.
Aseguro que hace la denuncia porque en principio nadie estaba alterado y todo se hizo con el mayor respeto a la autoridad. “Fue un policía el que hizo que todo se alterara y mire las consecuencias”, puntualizó.
El Universal consultó con la Policía Metropolitana sobre este caso y hasta el momento no se ha entregado información oficial del hecho.
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