A los hermanos Eugenio, Julio y Carlos solo los separó la muerte. Los tres nacieron en San Estanislao de Kostka (Arenal), y la mayor parte de su vida trabajaron juntos, en fincas. Pero de un solo zarpazo, Carlos perdió a sus dos compañeros de lucha, ambos menores que él.
A sus 84 años, sobrevivió al rayo que le causó la muerte a sus dos hermanos, en medio de una tormenta eléctrica, hecho que ocurrió el miércoles en la tarde. Ese día, casi de manera simultánea, un rayo también cayó en la cúpula de la iglesia del pueblo y lesionó a tres hombres que estaban dentro, quienes acababan de pintar la estructura que destruyó parcialmente el rayo.
Carlos, quien se recupera de manera satisfactoria en una clínica en Cartagena, vive en la calle Girardot del barrio Torices, en Arenal. Tiene tres hijos y los suyos contaron que el martes, a las 3 de la madrugada, se fue para la finca Payizo, que está en las afueras de Arenal, con sus hermanos Eugenio y Julio. Estos últimos tenían 59 y 64 años.
Julio y Eugenio solían quedarse dos días en la finca, mientras que Carlos se quedaba solo uno. Sin embargo, sus hermanos lo convencieron de quedarse junto a ellos. Trabajaron cultivos y el miércoles salieron en la tarde del predio, de regreso a sus casas.
Los tres iban en burros, pero antes de entrar al casco urbano de Arenal, Carlos bajó de su animal y quedó a espaldas de sus hermanos. Eran las 5:30 p. m. cuando se desató la tormenta eléctrica y un rayo alcanzó a los hermanos.
“Carlos se salvó porque bajó del burro e iba detrás, pero sus hermanos murieron. Él cayó al suelo y se golpeó la cabeza. Eugenio y Julio murieron, igual que los burros”, relató un familiar.
A los hermanos los montaron en vehículos y los llevaron al hospital del pueblo, donde confirmaron la muerte de los dos menores. Carlos fue trasladado a la Clínica Cardiovascular Jesús de Nazaret, en Cartagena, donde le hacen estudios. Habla y está en buen estado.
Eugenio era el menor de seis hermanos y deja 4 hijos, uno de crianza. Vivía cerca de Carlos, mientras que Julio residía en el barrio San Fraupel junto a su esposa Isabel Pérez. Este deja tres hijos.
Ayer mismo en la tarde se realizó el entierro de los hermanos Eugenio y Julio. Una multitud se volcó al cementerio para acompañarlos a su última morada.
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