A la subteniente Diana María Bautista Farfán la vimos subir a su moto para patrullar parte del barrio Paraguay. Ella es la comandante del CAI de ese barrio y en ese momento su dulce rostro se veía más firme, el tono de su voz, fuerte, y sin temor dio la orden para requisar.
Esta es una de las tantas actividades con las que ella y su gente ha logrado velar por la seguridad y reducir los delitos en Bruselas, Juan 23, Las Lomas, Junín, Nuevo Paraguay, República de Chile, Nuevo Chile, La Conquista, Los Cerros, Cerro Mar y San Isidro.
Las cifras revelan que en los barrios anteriormente mencionados, los delitos han tenido la siguiente disminución: 47% en lesiones personales, 46% en el hurto a residencias, 11% en el hurto de motocicletas, el incremento en 25% en la incautación de armas de fuego, 100% de capturas por orden judicial y 47% de aumento en capturas en flagrancia.
En cuanto a homicidios, este año han ocurrido tres, cifra que Bautista tiene como referente para el próximo, a fin de llevarla a cero.
Sí, una mujer es la responsable de que en Paraguay y sus alrededores se viva un poco más de tranquilidad.
La subteniente Bautista asumió hace 11 meses el cargo como comandante del CAI de Paraguay, con la meta de reducir los delitos, un propósito que aún no acaba, pero que con lo logrado hasta el momento se hizo merecedora, el pasado 15 de noviembre, del reconocimiento como la mejor comandante del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes de Colombia, en el marco de la IX versión de la Noche de la Excelencia Policial, celebrada en el Centro Cultural de la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander.
¿Pero cuál ha sido la clave? Trabajo arduo y constante, resumió.
Para Bautista, de 24 años, el que uno de los reconocimientos más importantes que hace la institución quedara en sus manos, tiene todo que ver con el buen desempeño de su grupo. “Mi equipo de trabajo es excelente, son muy buenos policías. Los resultados que se han logrado es porque ellos son muy trabajadores, son muy cumplidores del deber”, dice Diana durante el recorrido.
En una noche recorrimos con ella y su grupo los puntos de más atención en esa zona de la ciudad y lo que vimos fue orden, entrega y cómo los residentes son conscientes de que los procedimientos son necesarios. Ocasionalmente en la ciudad los jóvenes en las esquinas corren o se escoden al ver a los uniformados, pero en este caso no es así, para nada tuvieron esa reacción. Se dejaron requisar y verificar sus antecedentes. La suboficial suele pararse firme, pero proyectando respeto, eso si, en caso de ser necesaria la fuerza, es usada, pero todo bajo la ley.
“Estamos prestos para tener capacidad de reacción rápida cuando se presentan los requerimientos. Atendemos más de 50 requerimientos por día en los fines de semana”, dice. Su zona es amplia, por eso los 18 policías son organizados y cuentan con la red de apoyo de la comunidad.
“Los casos que más atendemos son de violencia intrafamiliar, hurto a personas y riñas. Tengo como meta seguir en la reducción del hurto de motocicletas, que es algo que afecta mucho por acá”, explica la subteniente Bautista.