En 20 días podría llegar cadáver de monteriana descuartizada en España

Por tratarse de un crimen es necesario esperar que el juez autorice la disposición final del cuerpo, explicaron los funcionarios de la Cancillería a la madre de Jenny, Benicia Tuirán, quien en medio de un profundo dolor dijo que quiere que el cuerpo de su hija llegue así sea en una caja pequeña.
Dijo que el miércoles habían recibido una llamada en la cual les solicitaban tener a la mano algunos papeles que se requerían para los trámites pero que ayer no habían sabido nada.
La comunicación con su otro hijo, Jainer, ha sido poca pues les dice que está encerrado en su cuarto y que se siente muy deprimido porque no pudo hacer nada para evitar la muerte de su hermana con quien compartía apartamento en Bilbao, España, ciudad a la que llegaron buscando una mejor vida.
Como se recordará Jenny fue asesinada en Bilbao, España, por un falso monje shaolín, donde había empezado a trabajar hacía poco tiempo.
La mujer de 40 años se había ido a vivir a España en el año 2001 luego de la  pérdida de uno de sus hijos, Juan Fernando Páez Rebollo, a quien un carro atropelló, el 18 de noviembre de 2000, justo al frente del centro comercial Alamedas donde ella era propietaria de la peluquería el Corte Inglés que quedaba en el centro comercial.
Con el paso de las horas sus familiares se han ido enterando de algunos detalles que permiten concluir cómo haber ocurrido el hecho. Sin embargo, advierten que nada de eso les ayudará a superar la pena, especialmente por la forma en que el propietario del gimnasio decidió quitarle la vida y luego descuartizarla.
Sus hermanas Yira y Vera Rebollo Tuirán, indicaron que ella solía llamar con bastante frecuencia a su madre con el fin de enterarse sobre su situación y la de su hijo que estaba bajo el cuidado de sus familiares.
La última llamada la hizo el pasado 21 de mayo y en esa oportunidad les dijo que estaba muy contenta porque había empezado a trabajar en un gimnasio de yoga.
Ella era una reconocida peluquera en Montería y precisamente a ese oficio se dedicó una vez llegó a España donde una amiga le había hecho algunos contactos. Sin embargo, también la tocó la crisis y por ello estaba afanada buscando un trabajo fijo que le permitiera mayores ingresos para ayudar a su familia.
Fue entonces cuando llegó al gimnasio del experto en artes marciales, Juan Carlos Aguilar, quien está sindicado de su crimen.
Como se recordará la situación se descubrió tras el hallazgo del cadáver de la nigeriana Mauren Ada Otuya, a quien el hombre había entrado a la fuerza al local, según reportaron los vecinos a las autoridades. El mismo señaló a la Policía que creía haber asesinado a otra mujer y cuando se hizo la revisión del sitio, las autoridades encontraron partes del cuerpo de Jenny, a quien reconocieron por sus huellas dactilares.
La prensa española señalaba ayer que el hombre habría asesinado a otras mujeres en el mismo lugar y por ello adelantan las investigaciones correspondientes.
La madre de Jenny presintió que algo malo le había ocurrido. Desde el 25 de mayo anterior empezó a extrañar sus llamadas y dijo presentir que algo malo le había pasado.
El silencio se prolongó hasta el miércoles anterior cuando las autoridades reportaron el macabro hallazgo.
Hoy los familiares de Jenny siguen esperando su cadáver para sepultarla en Montería su tierra natal, mientras piden al gobierno de España todo el peso de la ley para el hombre que decidió quitarle la vida.