La cuarentena que han ordenado en todo el país para contener el contagio del COVID-19 no ha frenado el accionar de la delincuencia, que en Cartagena, según cifras de la Policía Metropolitana, han dejado 556 hurtos a personas entre el 25 de marzo y el 1 de julio.
Según ese reporte policial, son 34 los presuntos delincuentes capturados en flagrancia en medio de los robos en ese lapso. Siete más han sido aprehendidos con órdenes judiciales.
Dos de esos presuntos ladrones están listos para ir a la Cárcel de Ternera. Wilmer González Paternina y Ender Enrique Betancourt Jiménez fueron cobijados con medida de aseguramiento luego que la Fiscalía Seccional Bolívar les imputara los delitos de porte de arma de fuego y hurto calificado y agravado por su presunta responsabilidad en la afectación de la seguridad ciudadana en Cartagena.
Durante las audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, se conoció por parte del ente acusador que los dos sujetos aprovecharon que dos mujeres caminaban por la calle principal del barrio La Campiña para atracarlas.
Al parecer, uno de los presuntos agresores sacó un arma de fuego, y luego de intimidar a sus víctimas, les exigió a las dos que entregaran las pertenencias que llevaban consigo. Una de las mujeres, sin embargo, se percató de la presencia de una patrulla de la Policía y pidió ayuda, por lo que González Paternina y Betancourt Jiménez huyeron con las pertenencias de las mujeres, avaluadas en más de $2.100.000. Más adelante, los dos presuntos delincuentes fueron aprehendidos.
La Fiscalía solicitó a las autoridades penitenciarias y a las de salud revisar el estado médico de Wilmer González Paternina y Ender Enrique Betancourt Jiménez para garantizar que estén en buenas condiciones para su traslado a la Cárcel de Ternera de Cartagena.
Los datos de la Policía Metropolitana indican que de esos 556 hurtos a personas en la ciudad durante la cuarentena, 375 fueron en atracos; en 77 casos influyó el factor de oportunidad, mientras que en los 104 hurtos restantes no se determinó la modalidad por falta de denuncias.
En 280 hurtos los antisociales usaron arma de fuego, mientras que en otros 156 hurtos no se usó ningún tipo de arma.
En cuanto al género de las víctimas, los hombres fueron los más afectados, con 394 casos, frente a 162 que incluyeron mujeres.
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