Helen Estrada Ruiz sacó fuerzas de donde no las tenía. Sus manos estaban empapadas de sangre y lloraba sin cesar. Frente a ella yacía su marido, Rafael Bermúdez Maza, pero él ya no escuchaba su lamento. Estaba muerto.
A las 7 de la noche del sábado, tres balas se alojaron en el cuerpo de Rafael, en El Bosque, cerca de uno de los clubes nocturnos, a la altura del Corredor de Carga. Estaba sentado sobre un carro valla -publicitario-, pues poco antes manifestó a sus compañeros de labores que su día había sido pesado.
No pasó mucho tiempo cuando aparecieron dos sujetos en moto, que sin mediar palabras le dispararon tres veces.
Helen se enteró minutos después y su deseo era que fuera una mentira. “Cuando llegué, lo abracé y lo trataba de bajar de allí -carro valla- para llevarlo a una clínica, pero los policías me dijeron que ya estaba muerto”, recordó entre lágrimas la compañera sentimental de Rafael.
Rafael era un hombre trabajador. Según su mamá -no da su identidad-, él trabajaba desde que tenía 12 años y fue criado como una persona de bien, con valores y apartado de problemas. “Dios mío dame fuerzas. Mi hijo era un hombre bueno”.
El Bosque era hace un tiempo donde buscaba el pan de cada día de Rafael y, justo allí, la muerte lo alcanzó.
“Hace unos meses, Rafa estaba trabajando en una empresa en oficios varios, pero en la zona de tractomulas y descargas de El Bosque trabajó siempre como cotero y comisionista de viajes, cuando lo llamaban iba y se ganaba otros pesos allá. Pese a trabajar en una empresa, nunca dejó de ir a El Bosque”, relata la mujer de la víctima.
El sábado, Bermúdez salió de su casa, en La María, para su empleo sin decir que en la tarde estaría en El Bosque. “Yo me cansé de llamarlo y como a las 7 y 30 de la noche me avisaron lo que había pasado”, dijo Helen.
La mujer de Rafael aseguró que mientras trataba de auxiliarlo, los amigos y varias personas que lo conocían le expresaron que el crimen es una equivocación.
“Cuando empecé a preguntar qué había pasado, los conocidos de ‘Rafa’ me dijeron que no hubo pelea, ni nada parecido. Que hombres en moto le dispararon y que para ellos eso había sido una equivocación”, mencionó.
La Policía manifestó que el caso es investigado y revisan las cámaras de seguridad. Mientras tanto, los dolientes piden justicia.
En menos de 20 días, son dos los muertos en El Bosque. El primer crimen sucedió el 17 de noviembre, cuya víctima fue el policía pensionado Reiner Prentt Villareal.
Su rostro estaba desfigurado. Había mucha sangre y ya no respiraba. Estaba muerto.
Un hombre en mitad de la calle, en un charco de sangre, fue el panorama que hallaron uniformados de la Policía en el barrio El Prado, de Turbaco.
A las 2:10 a. m., de ayer recibieron una llamada que les indica que en esa zona del pueblo hay una batalla campal. Varios hombres se estaban atacando a golpes y palazos. Cuando los policías llegaron, se toparon con el joven muerto. “Ya no había pelea. La víctima estaba rodeada de los residentes de la zona. Estaba irreconocible y sin documentos”, manifestó una fuente judicial. Hacia las 5 de la mañana, el cadáver fue ingresado como NN a la morgue, en Zaragocilla.
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