Las lágrimas recorrían el rostro de Carlos Cárdenas mientras recordaba y hablaba de su prima Jael Carolina Orozco Cárdenas. Ella es la estudiante de medicina de la Universidad de Cartagena que murió en el accidente de tránsito el domingo a eso de las 5 de la tarde en la Vía del Mar, frente al corregimiento de Arroyo Grande.
Aunque se veía tranquilo, a Carlos se le notaba una profunda tristeza. “Ella me decía Yinyi. Teníamos la misma edad y cumplíamos en el mismo mes”, narró el joven. Él y sus familiares se enteraron del lamentable suceso por una llamada de la Policía.
Jael Carolina residía en Cartagena, en el conjunto residencial Mirador de Zaragocilla, y había viajado a Barranquilla para disfrutar del fin de semana con sus tíos y primos en La Arenosa. Tras gozar con sus familiares, se devolvió el domingo en una buseta de Berlinas, de placas SOP-732. Sin embargo, nunca llegó a destino. El vehículo se volcó, al parecer, por una falla mecánica.
“No sabemos cómo pasó. Lo único que sabemos es que murió, ni siquiera conocemos qué provocó el accidente”, expresó el pariente.
Ocho de los pasajeros lesionados fueron remitidos a la clínica San José de Torices. Son ellos: Viviana del Carmen Barrios, de 53 años; Carlos David Murillo Gómez, de 25; Diana Marcela Murillo Gómez, de 27; Ligia Margoth Verbel, de 71; Nancy Verbel Pérez, de 61; Armenia Cecilia Oliveros Pacheco; Andrés Benavides y Luis Zabaleta.
En ese mismo centro médico fue atendido un turista chileno que no tuvo heridas graves. Se trata de Edinson René Burgos Pulido, de 22 años.
A la Clínica Barú fueron remitidos tres heridos más: Félix López de La Hoz, de 44 años y conductor de la buseta afiliada a la empresa Berlinas; Julio Ángel Rincón Castellar, de 58, y Salli Melissa Rodríguez Escorcia, de 33. Los médicos aseguran que el estado de salud de Rincíon Castellar es delicado, tras quedar aprisionado en la cabina del automotor varios minutos.
En la Clínica de fracturas están Juan Esteban Urrea Ríos, de 18 años; Armando Enrique Espinosa y Andrea Carolina Medina Gaviria, de 25.
Jael Orozco era oriunda de Valledupar, en donde será sepultada. La joven vivía en Cartagena por sus estudios de medicina y sus padres residen en su tierra natal. Jael era la mayor de tres hermanos y hacía parte de la agrupación de vallenato de la Universidad de Cartagena. Sus profesores y compañeros le rendirán un homenaje, una vez su cuerpo sea entregado.
“Ella me decía ‘Yingi’. Era mamadora de gallo, muy alegre y recochera”, dice Carlos Cárdenas, uno de los primos de la víctima, con quien departe en Barranquilla horas antes de su muerte.
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