“Josué pronto se va a levantar de la cama y contará él mismo lo que le pasó”.
Con esa fe habla Belkys Pérez, la madre del menor que sufrió una descarga eléctrica el pasado 3 de marzo en el barrio Daniel Lemaitre y que hoy está en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Casa del Niño.
Los padres de Francisco Josué Davaello Pérez confían en que su hijo, de 8 años, se recuperará a pesar del desalentador reporte médico que entregaron en el hospital.
El accidente
Belkys y Francisco (padre del menor) contaron muy serenos cómo fue el accidente que ocurrió a las nueve de la noche en el sector Paraíso 1, de Daniel Lemaitre, y que hoy los tiene esperando un milagro.
“Nosotros estábamos sentados afuera de la casa hablando con vecinos cuando escuchamos un fuerte ruido. Nos levantamos y entramos corriendo. La imagen era devastadora”, relataron.
Su pequeño Josué, como llaman a Francisco, estaba en el suelo con el abanico encima de él. Tenía los cables del aparato en su mano. No se movía, no reaccionaba. Al parecer, mientras jugaba con su hermano menor ocurrió el incidente.
Su papá de inmediato lo sacó de la vivienda para darle los primeros auxilios. Los vecinos se sumaron a la ayuda y en una moto lo llevaron a un centro asistencial de Canapote, de donde lo trasladaron a la Fundación Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja -Casa del Niño-.
Reporte médico
Hernando Pinzón, director del hospital, confirmó que el menor ingresó con un paro cardiorrespiratorio, por lo que requirió ventilación mecánica. Tenía “compromiso neurológico, respiratorio y cardiovascular secundario”.
Pinzón agregó que Francisco Josué permanece ventilado, con respuesta neurológica escasa, con elevación de enzimas marcadoras y con hipertensión endocraneana.
“Nosotros esperamos un milagro, estamos seguros que Dios tiene un propósito con él y por eso tuvo ese accidente”, es lo que repiten los padres del menor venezolano.
“Oramos por la salud de Josué todas las noches y en Falcón (Venezuela), de donde somos, también se reúnen a orar por nuestro hijo”.
Belkys y Francisco aseguran que ya el menor abre los ojos y que cuando le hablan, él los escucha. Ahora, junto a su hijo menor, de 5 años, se desenvuelven para trabajar, atender al menor en casa y estar pendiente de Josué en el hospital, del que esperan esté pronto jugando nuevamente con su hermano.
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