Fueron doce, una tras otra, las detonaciones que despertaron el horror y el pánico en el municipio de San Pablo, en el sur de Bolívar, en la madrugada del viernes. La sangre de dos hombres se derramó sobre el césped de una zona enmontada de esa población y la vida de sus seres queridos cambió para siempre, con la muerte de ambos.
Los proyectiles penetraron varias partes de sus cuerpos y eliminaron todas las posibilidades de ser salvados o por lo menos auxiliados, como muestras de una última esperanza.
Las víctimas fueron identificadas Alí Montaño Gamboa, de 21 años; y el hijo de Rafael Beleño, conocido como ‘El Toro, de 24. Ambos eran reservistas del Ejército, según las autoridades.
Los habitantes del municipio de San Pablo dicen estar muy preocupados, porque los asesinatos selectivos, en esa zona, no paran. La imagen con la que se encontraron en la vía del Cuatro, a la entrada de El Poblado, los mantiene bajo la zozobra y piden tomar medidas drásticas.
Según los familiares de las víctimas, las autoridades judiciales no se inmutaron por los hechos que tienen aterrorizada a la comunidad y cada vez son más los casos que deben lamentar. Los cadáveres fueron llevados, de inmediato, al campo santo.
Los móviles del doble crimen son desconocidos y la Policía y el Ejército adelantan las investigaciones pertinentes.
Alí era natural de San Pablo y tenía 20 días de haber terminado de prestar el servicio militar. Actualmente se dedicaba a trabajar en una finca. Por su parte, la otra víctima continuaba como reservista de la Armada y residía en el barrio 9 de Abril, de San Pablo.
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