Familiares de Lorsy Zárate Orozco, de 50 años, y Jairo Martínez Meléndez, de 59, sabían que entre ellos como pareja habían diferencias que tal vez eran irreconciliables. Es por eso que en muchas ocasiones discutían y su relación sentimental ya no era la misma desde hace algunos años.
Ayer, nuevamente sus diferencias los llevaron a tener otra acalorada discusión, pero a nadie se le pasó por la mente que Jairo, de oficio taxista, llegaría al extremo de armarse con un revólver para subsanarlas y acabar con la vida de su pareja, una mujer reconocida y respetada por su comunidad.
Lo que se informó es que efectivamente tenían una unión marital de hecho, pero desde hace algún tiempo, a pesar de vivir bajo el mismo techo, estaban separados.
Sobre lo sucedido ayer, a eso de las 12 del mediodía y que mantiene consternados no solo a su familiares, sino a vecinos y amigos, es que Jairo había salido de su casa temprano en la mañana y al regresar cerró todo con candado y se iniciaron los reclamos.
Sobre las razones de la discusión nadie ha dado detalles, pues en ese momento la pareja estaba en una de las habitaciones de la casa y el único testigo sería un menor, nieto de la pareja, que estaba allí en ese momento.
Muy alterado, Martínez Meléndez sacó el arma y disparó en varias ocasiones contra su mujer, un ama de casa con la que estuvo conviviendo por 26 años y con quien tuvo dos hijas. Los tiros alertaron a los vecinos y a una de sus hijas, que estaba cerca. El desespero se apoderó de quienes estaban allí en la diagonal 23 No. 54 - 73 del barrio San Isidro. Todo era confusión y caos en ese instante.
Se dice que la hija que llegó al sitio no pudo ingresar a la casa y fue quien, desde lejos, vio como su padre accionó el arma de fuego propinándose un disparo en la cabeza. Al parecer, familiares de Lorsy y Jairo intentaron mantener en armonía el hogar, pese a la separación; sin embargo, los conflictos los llevaron a una tragedia que entristece a toda la ciudad y nos hace reflexionar sobre la necesidad de que las mujeres conozcan sus derechos, acudan a las autoridades a denunciar los abusos y se asesoren con instituciones que ofrecen a ayudarles.
Todo parece indicar que la misma persona con la que Lorena Gutiérrez Barbosa, de 39 años, ingresó a un motel en el municipio de Santa Rosa de Lima, es el principal sospechoso de su asesinato.
Para la pareja pudieron ser momentos de placer y pasión en los inicios, pues ingresaron ayer, en horas de la madrugada, a un motel ubicado en el barrio San José de Santa Rosa. Para los empleados del lugar todo transcurría de manera normal, no se notó nada extraño en la pareja, al contrario se vieron tranquilos y contentos, pero todo terminó con ella asesinada y con el autor del feminicidio huyendo de las autoridades.
Lo que se dice es que ingresaron al sitio siendo aún de madrugada y a eso de las 6 de la mañana el sujeto salió del lugar, canceló la cuenta y dejó dicho que Lorena esperaría al interior de la habitación mientras una moto llegaba por ella.
El administrador del motel, en vista de la demora, siendo las 7:30 de la mañana, decidió tocar la puerta junto con otros empleados y al notar que la señora no respondía, entraron.
Una vez adentro de la habitación, observaron a Lorena con una sábana enrollada en su cuello y sin signos vitales. En la comunidad se dice que el presunto autor del feminicidio sería un vendedor ambulante, residente en El Pozón de Cartagena. Este ejercía ese oficio en la población por lo que ya era reconocido.
La Fundación Feminicidio encabezada por su directora Alejandra Cuéllar, hace un llamado a los medios de comunicación con el fin de “evidenciar el carácter estructural y sistemático de la violencia contra las mujeres”, distinguiendo los detalles en las noticias relacionadas con el género y la especial vulnerabilidad de la mujer incluyendo a sus hijos. La Fundación tiene un observatorio de violencia contra las mujeres, les hace acompañamiento y las ayudan y hacen seguimiento a amenazas, muertes y tentativas de feminicidio en Colombia.
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