Sucesos


Holandesa asesinada habría discutido con su esposo

WILSON MORALES GUTIÉRREZ

22 de septiembre de 2015 12:00 AM

La noche era apacible pero muy oscura, el mar estaba sereno. Una música a bajo volumen se escuchaba en el sector de Bahía de las Mantas, de Isla Grande, en Islas del Rosario, y hombres de mar que habitan la zona dicen que había casi una “calma chicha” y que el viento solo corría a unos dos nudos y venía del Noroeste.

Un lugareño dice que hasta las 8:30 de la noche de ese sábado 19 de septiembre, en la zona no se había escuchado ningún ruido extraño, mucho menos el rugir del motor de alguna embarcación, llegando o partiendo. Sin embargo, a esa hora, los que viven en una de las orillas de la isla se inquietaron cuando el capitán de un velero, fondeado a solo 50 metros de la orilla, junto a una ensenada, empezó a sonar unas bocinas de emergencia que llevan las embarcaciones dentro de su equipo de seguridad. “El ruido era fuerte y luego de una tanda de cornetazos continuos, la bocina dejó de sonar. Dos minutos después volvió a sonar, de nuevo emitiendo una serie de pitazos”, dice un habitante de la zona. Quien hacía sonar las bocinas era el holandés Peter Putker.

Unos quince minutos después de los pitos, a las 8:45 de la noche, el hombre lanzó una bengala, de esas que utilizan los navegantes para indicar que necesitan ayuda inmediata o para dar su ubicación a quien la requiere. Instantes después, el extranjero lanzó otra bengala. “Estaba en la popa del velero, sobre una plataforma. Se le escuchaba gritar y estaba agarrado de una pequeña estructura del velero. Luego, empezó a prender y a apagar las luces de popa del velero”, indicó el mismo lugareño, quien ante las señales, abordó una embarcación junto a otra persona y fueron a prestarle auxilio a Putker.

Dicen que al hombre lo encontraron gritando, diciendo frases en holandés y algunas palabras en español. “Piratos”, “piratos”, gritaba el extranjero. Las personas que llegaron a auxiliarlo entablaron una conversación en inglés con el holandés, que alcanzó a explicar que seis sujetos acababan de subir a su embarcación y que lo habían golpeado en la cabeza. Además, habían matado a su esposa, la también holandesa Durdana Bruijn, de 54 años. Los navegantes, desconfiados, se alejaron un poco del velero, evitando cualquier suceso inesperado. Dicen que Peter estaba alterado y repetía en inglés que “piratas” habían matado a su mujer y lo habían robado.

El hecho les extrañó a las personas que lo socorrían, pues en la zona, a saber, nunca se ha presentado un atraco a alguna embarcación ni ellos habían visto ni oído nada raro antes de la corneta de aire comprimido que había sonado.

Una de las personas que intentaban socorrer al extranjero le preguntó que si se había comunicado con Guardacostas. “Me dijo que intentó hacerlo, pero que no pudo establecer comunicación a través del radio de su velero”. Esta misma persona cuenta que entonces llamó a Guardacostas por el canal 16 desde la embarcación en la que estaban y que de inmediato le contestaron, pero cuando dijo que había una mujer a la que acababan de asesinar en un velero, la comunicación se cortó.

“Volvimos a intentar y nada. Tuvimos que llamar a una compañía en Cartagena por celular y fue esta la que se comunicó con la central de Guardacostas para que avisara a la estación de la zona de la situación. Volvimos a llamar a Guardacostas, pero estos no podían escuchar lo que decíamos. Esperamos en el lugar, alejados del velero del holandés pero sin perderlo de vista, y hora y media después llegó una lancha de Guardacostas y subieron al velero en el que hallaron a la mujer muerta”. En el lugar, los funcionarios comprobaron que Durdana Bruijn estaba muerta y que tenía múltiples contusiones, como lo señaló el capitán de fragata Jorge Herrera, comandante de Guardacostas del Caribe, de la Armada. (Lea: Autoridades buscan esclarecer muerte de holandesa en las Islas del Rosario)

Este medio conoció que un testigo, una mujer que reside en la zona, indicó a investigadores de la Policía que ese mismo sábado escuchó gritar a los esposos dentro del velero, y que la extranjera salía a la borda y movía los brazos. Aunque la testigo no entendía el idioma, dice que se habría tratado de una discusión. El testimonio es analizado por las autoridades.

El cadáver de la holandesa fue traído a Cartagena la mañana del domingo y lo ingresaron a la morgue de Medicina Legal, donde aún permanece. Ayer en la mañana, su esposo volvió a dar su testimonio de lo sucedido ante funcionarios de la Fiscalía General, Seccional Bolívar. Las autoridades creen que hay inconsistencias en su versión. En el velero también hallaron rastros de sangre que son analizados, y aunque las autoridades no lo han expresado abiertamente, han dejado ver entre líneas que además de investigar la versión del posible robo, también averiguan si podría tratarse de un crimen pasional. “Ahora mismo no descartamos ninguna posibilidad. Estamos analizando todo”, señaló el comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, general Carlos Rodríguez. (Lea: "Lo del robo es algo inusual": Armada sobre caso holandesa asesinada).

Principal testigo

Peter Putker quedó como el principal testigo del hecho y su velero permanece en la estación de Guardacostas. La Fiscalía asumió la investigación. Investigadores del ente están recolectando material probatorio y testimonios, necesarios para determinar cuál es el móvil del homicidio.

“La Fiscalía está acopiando toda la información en la escena de los hechos, antecedentes de criminalidad en las Islas del Rosario. Esperamos tomar hoy algunas decisiones. No tenemos una hipótesis sobre la cual pueda decir que es la que más nos pueda llevar a esclarecer los hechos”, señaló el director de Fiscalías y Seguridad Ciudadana, Luis González.

Mientras tanto, el cadáver de la holandesa continuaba ayer en la morgue de Medicina Legal y se espera que sea la Embajada de Holanda la que tramite trasladarlo a su lugar de origen. Aunque la Armada Nacional dio a conocer que el cuerpo de la extranjera tenía contusiones en distintas partes, como la cabeza, serán los estudios de los peritos forenses de Medicina Legal los que determinen qué le causó la muerte. Mientras tanto, en el país todos esperan escuchar respuestas contundentes a dos preguntas primordiales: ¿quién y por qué mató o mataron a Durdana Bruijn? Eso lo tendrá que resolver un fiscal de la EDA (una estructura de apoyo de la Fiscalía General de la Nación), a quien le será asignada la investigación.

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