El cielo amaneció atestado de nubes negras que presagiaban la tragedia y un sereno general caía en la ciudad. Eran las 10 de la mañana de ayer y mientras gran parte de los cartageneros se preparaba para asistir a la Desfile de Independencia a observar a las reinas, los asesinos de Calixto Medardo Palacios Orobio pensaban qué hacer con su cadáver.
Al hombre, de 33 años y oriundo de Magüí Payán, Nariño, lo mataron de varias cuchilladas en el pecho.
No se sabe en qué lugar fue asesinado. Lo único que tiene claro la Policía Metropolitana de Cartagena es que su cadáver fue arrojado por sus verdugos desde una camioneta de color azul en una ladera del barrio Loma Fresca, entre matorrales que están junto a una vía destapada, a pocos metros del Convento de La Popa y de las antenas transmisoras que están en el sector.
Aunque no registra antecedentes penales o anotaciones, las investigaciones de la Policía indicarían que la víctima sería un presunto expendedor de alucinógenos de la “loma” de Nariño.
La institución investiga si el homicidio sería una retaliación por dicha actividad ilícita.
Rastros de sangre
Según vecinos de Loma Fresca, el cadáver fue hallado por un lugareño que cruzaba por la vía destapada. Rastros de sangre en medio de la tierra mojada habrían llamado la atención del transeúnte, quién decidió ver de qué se trataba. Al acercarse al abismo, vio el cadáver de Calixto Palacios entre los matorrales. El hombre dio aviso a las autoridades y a los vecinos del sector.
En un santiamén el lugar estaba lleno de curiosos que querían ver el rostro del muerto para ver si era un conocido del barrio, pero nadie sabía quién era. Instantes después, llegaron al sitio integrantes del CTI de la Fiscalía y realizaron la inspección técnica del cadáver. Al lugar no llegaron parientes de la víctima.
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