Una segunda oportunidad era lo que Rita Gutiérrez le pedía a Dios mientras clamaba por la vida de su hijo Jesús David Salcedo Gutiérrez. El joven había sido baleado en la cabeza y el pecho en medio de una riña en el barrio Nelson Mandela, en la noche del domingo.
Las plegarias de la mujer no tuvieron respuesta cuando atendían al joven, de 22 años, en la Clínica Gestión Salud, en el barrio San Fernando. Jesús David recibió cinco balazos mientras disfrutaba de un baile de picó en un establecimiento público conocido como La Islita, en el sector Villa Gloria.
Rita, con voz triste y mirada apagada, narró ayer lo poco que sabía del hecho.
Ella dice que llegó a su casa a eso de las 9 de la noche del domingo, luego de visitar a uno de los dos hijos de Jesús David. A los pocos minutos de estar en su vivienda escuchó las detonaciones, pero nunca imaginó que esos disparos iban dirigidos a su hijo.
La mencionada discoteca queda justo detrás de la residencia donde vivía Jesús David. Unos conocidos llegaron rápidamente a donde estaba Rita y le entregaron la mala nueva.
“De inmediato salí corriendo para el puesto de salud de Nelson Mandela y le pedía a Dios que le diera otra oportunidad para que volviera a la iglesia”, expresó con mucha tristeza Gutiérrez.
En ese centro médico le brindaron los primeros auxilios a Salcedo Gutiérrez, pero por la gravedad de las heridas decidieron remitirlo a la Clínica Gestión Salud en San Fernando. Allí, falleció.
“Y pensar que él estuvo en la iglesia ayer -domingo- orando por su bebé. Ya eran cuatro meses desde que se apartó de los caminos del Señor, aunque iba de vez en cuando”, sollozó la doliente.
Rita aseguró que desconoce quiénes son los responsables de quitarle la vida a su hijo de esa manera. Lo único que si asegura es que Jesús David tenía por costumbre ir a divertirse en ese lugar.
Comentarios ()