“Se le encasquilló la pistola, de no ser así, estaríamos hablando de una mortandad”.
Escabrosos detalles se han conocido por la tragedia que sacude al municipio de Mompox desde el jueves en la noche, cuando el comerciante Fiuris Alberto Michetoni Pava, al parecer embriagado, llegó a la casa de la familia de su esposa, en el barrio San Miguel, y con un pistola 9 milímetros les disparó a todos los que estaban reunidos en la sala. Mató a su cuñado y a un hijo de este, de apenas 3 años; e hirió de gravedad a su cónyuge y a su suegra. Le interesa: Tragedia en Bolívar: mató a cuñado y a bebé, e hirió a su mujer y suegra
Las nuevas revelaciones se conocieron en las audiencias concentradas en las cuales un juez con funciones de Control de Garantías de Magangué cobijó con medida de aseguramiento intramural a Michetoni Pava por los delitos de homicidio agravado, lesiones personales y porte ilegal de arma de fuego y/o municiones y accesorios. El procesado no se allanó los cargos, según se conoció por parte de la Policía de Bolívar.
En medio de los interrogatorios quedó al descubierto que ese jueves en la tarde (16 de diciembre) Fiuris sostuvo la última de una seguidilla de discusiones que habrían vuelto tormentosa la relación sentimental entre él y su esposa Catalina Dávila Carpio (32 años). En medio de esa airada conversación, la mujer le habría dicho que ni ella ni su hijo querían seguir viviendo con él. Tal parece que Catalina agarró sus cosas y de inmediato se fue a casa de su mamá. Antes de irse, sin embargo, el comerciante (38 años) le habría dicho a su pareja que “si no es de él, no es de nadie”.
En Mompox hay quienes dicen que Fiuris ya tenía su hecho pensado. La Policía constató poco después de la tragedia que había escondido desde hace días en el cielo raso de su casa un pistola marca Glock. No era la primera que él tenía un arma de esas características en su poder. La Policía de Bolívar confirmó que ya tenía anotaciones judiciales en el Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA) por los delitos de tráfico, fabricación o porte de armas de fuego, aprovechamiento de los recursos naturales, violencia contra servidor público y lesiones personales. Lea aquí: Las seis muertes que causaron conmoción en 8 días en Bolívar
“Llegó como loco”
Vecinos le manifestaron a la Policía que Fiuris tardó un rato en salir de su casa, por lo que presumen que se embriagó antes de ir a la vivienda de la familia de su esposa, entre la Vía Nacional y la calle 4. A ese inmueble llegó como loco, dicen los testigos. Apenas abrió la puerta, comenzó a disparar indiscriminadamente. A nadie le dio tiempo de resguardarse, todos fueron sorprendidos por aquel demencial ataque.
Jorge Eliécer Dávila Carpio, de 38 años y cuñado de Fiuris, recibió dos balazos en el pecho que acabaron con su vida casi en el acto, pese a que lo llevaron rápidamente al hospital local. Su hijo de apenas 3 años, Jorvitk Sebastián Ribón, estaba en sus brazos en esos momentos. El niño recibió un balazo en la cabeza y falleció 12 horas después en el hospital La Divina Misericordia, en Magangué. Catalina, la esposa de Fiuris, fue baleada en ambos brazos y en el abdomen. Sigue hospitalizada en el hospital de Magangué. Su estado de salud es estable. Aura Esther Carpio Ospino (61 años), madre de Catalina y suegra del presunto agresor, se recupera de una herida en un mano.
Residentes del sector donde ocurrió la tragedia dicen que Michetoni dejó de disparar contra la familia de su esposa porque la pistola se le encasquilló. Intentó acabar con su vida, pero no pudo. Luego de gritar algunas palabras, diciendo entre otras cosas que había disparado contra su familia, fue rodeado por una muchedumbre hasta que la Policía lo capturó. Lea: Una menor de dos años falleció al parecer tras ser violada
“Llegó hasta donde el vecino, dijo llorando que había matado a su familia y fue en ese momento que le pegaron un puñetazo en la cara y lograron desarmarlo hasta que llegara la Policía y lo capturaran”, contó un testigo, refiriéndose a Fiuris luego de cometer ese atroz crimen.
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