Hay conmoción en el barrio El Silencio, en el municipio de El Carmen de Bolívar, centro del departamento.
Los cuerpos de dos amigos fueron hallados en la mañana de ayer en zona rural de esa población, en un lote enmontado cercano a la vereda Piedra Azul.
Las víctimas, según reporte oficial de la Policía, eran Eliécer Herrera Martínez y Manuel Yesid García Julio, de 19 y 20 años, respectivamente.
Las autoridades aseguran que las víctimas tenían heridas múltiples causadas con arma blanca, principalmente en el cuello y la cabeza.
El Comando de la Policía de Bolívar dice que aún no hay certeza de los posibles móviles que rodean el doble crimen, aunque algunas indagaciones preliminares dejarían entrever un ajuste de cuentas.
Familiares de las víctimas le dijeron ayer en la mañana a las autoridades que Herrera y García estaban desaparecidos desde el martes en la tarde, cuando ambos salieron a buscar leña para cocinar, algo que acostumbraban a hacerlo casi todos los días.
Manuel García, padre de Manuel Yesid, asegura que la última vez que vio a su hijo fue como a eso de las 2 de la tarde del martes, cuando el joven le dijo que iba a salir a buscar leña con su amigo. El familiar dice que no notó nada extraño y por eso se despreocupó.
“Él -Manuel- salió a cortar unos palos (leña) para cocinar como todas las tardes, pero como no aparecían, ya tarde en la noche, empezamos a preocuparnos y por eso salimos a buscarlos.
“Hoy en la mañana los encontramos muertos en medio de la maleza. Tenían cuchilladas por todos lados. La verdad no sabemos qué pasó ni por qué. Lo que no entendemos es por qué los mataron si ellos no tenían problemas con nadie y tampoco amenazas. Casi siempre hacían la misma rutina”, manifestó Manuel García, padre, ayer en la mañana, poco después del hallazgo de los cuerpos.
Los habitantes del barrio El Silencio, por su parte, dicen que no entienden cómo sucedió algo así, y le pidieron a las autoridades que no permitan que esas muertes queden impune.
“Ellos siempre vivieron acá y nunca les notamos nada extraño. Eran unos pelaos de bien que siempre tenían la misma rutina. La Policía debe buscar a los responsables y averiguar que fue lo qué pasó. Esto no puede quedar así, necesitamos saber la verdad, dice uno de los residentes del barrio El Silencio, donde Eliécer y Manuel residían con sus padres y demás familiares.
García y Herrera eran muy amigos, pues se conocían desde pequeños y se dedicaban a trabajar en oficios varios.
Los campesinos de la zona aseguran que el martes no los vieron como en otras ocasiones que pasaban por allí. Tampoco escucharon nada, solo se enteraron de lo sucedido cuando hallaron sus cuerpos.
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