“Lo mataron para poder distribuir la droga tranquilamente por el barrio”. Así explica la familia de John Erick Palacios Rentería el asesinato del hombre que estuvo internado 18 días en una clínica.
El 21 de julio, John estaba como de costumbre en las calles del barrio donde nació y se crió: Pablo Sexto II, en las faldas de La Popa. Junto a sus amigos quiso hablar y arreglar los viejos problemas que tenía con otro hombre del sector; pero el intento de paz acabó con él.
“Incluso, el inconveniente no había sido directamente con John”, dijo uno de los que estuvo con él aquella trágica noche. “Nosotros llamamos a ‘Dignai’ -como conocen al supuesto responsable del homicidio- y le dijimos para hablar, pero él lo que hizo fue llegar corriendo con un cuchillo a donde estábamos”.
En medio de la trifulca que se armó, John y sus amigos intentaron calmar los ánimos, pero no lo lograron. Los otros cinco hombres a los que se enfrentaban estaban dispuestos a llevar la discusión a otro nivel. “De repente llegó un muchacho con un arma, avisé, pero ya John estaba recibiendo las balas”, explicó el amigo.
La víctima fue impactada tres veces: en la cara, el pecho y el abdomen. “Lo llevamos a la Clínica de Torices y allá estuvo ocho días, después lo trasladaron a la General del Caribe, donde falleció (el domingo)”, mencionó su familia, que asegura que la verdadera intención del asesino era acabar con John para comercializar tranquilamente la droga en el barrio.
“Él dio la orden de buscar el arma y dispararle. Lo peor es que lo hicieron delante de sus dos hijos de 6 y 9 años. Los niños están devastados”, dijo la esposa del hombre, quien también presenció la escena.
John Erick tenía 37 años, dejó dos hijos más y era jardinero. Su familia espera que el responsable, a quien han vuelto a ver varias veces, pague por lo que hizo, por el profundo dolor que le dejó.
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