Las ciruelas rojas y dulces de un árbol en el Plan 500 B de El Socorro, le jugaron una mala pasada a un menor de edad de 14 años, que se subió a alcanzarlas sin saber que dos cables tenían energizado el árbol.
Sucedió el domingo a las 4 p. m. detrás del estadio de sóftbol del barrio cuando el niño, residente en la calle del Tanque de La Victoria, regresaba de llevarle un regalo a una tía por el Día de la Madre.
Estando arriba, el pequeño agarró uno de los cables y recibió el corrientazo que lo hizo perder el conocimiento. Por fortuna, la rama que lo sostenía y con la que estaba haciendo tierra se partió y él cayó sobre un carro que estaba parqueado frente al árbol.
Le salió la corriente
Dimax Gómez, uno de los testigos, manifestó que el niño duró más de un minuto pegado y que si no hubiese sido porque la rama se quebró, la historia sería otra. “Dios lo vio, la corriente le salió por los pies y las manos, cuando cayó había un enfermero cerca que le brindó los primeros auxilios y lo reanimó. Enseguida se lo llevaron para la clínica Madre Bernarda”, señaló.
Ayer, el menor fue sometido a una operación de reconstrucción de un dedo y su evolución es favorable.
“Está en UCI, está consciente. Los resultados han sido positivos. Tiene quemaduras en los dedos, esperamos que todo salga bien, no hay órganos comprometidos”, relató su padre Cristian Bru, quien agregó que tomarán medidas legales al respecto.
Amayda Jiménez, presidenta de la JAC de El Socorro, indicó que ya se le había advertido al EPA y a la Alcaldía Local 3 del peligro que representaban los cables energizados en el árbol, pero nadie prestó atención. “Hay cartas enviadas y solicitudes hechas. Necesitamos que las autoridades actúen, otro niño puede sufrir un accidente igual o peor”, precisó la líder.
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