Anoche Adriana Marcela Grajales Medina seguía debatiéndose entre la vida y la muerte en la clínica Blas de Lezo horas después que su ex marido, el policía Carlos Arévalo González atentó contra su vida, en un fatídico episodio en el que tanto el sujeto como la madre de Adriana resultaron muertos.
Se conoció, además, por intermedio de algunas amistades de la joven que, Arévalo la había ido a buscar el mismo viernes a las 7 de la mañana a la Universidad de Cartagena donde ella estudia Enfermería y había intentado llevársela a la fuerza bajo la amenaza de que la mataría y luego se suicidaría.
Adriana pudo, en ese momento, sacarle el cuerpo al uniformado, pero éste seis horas después cumplió con lo dicho. A la 1:30 de la tarde, Arévalo fue a buscar a Adriana a su casa, en el barrio Las Gaviotas. Sostuvieron a gritos una fuerte discusión, que alteró la tranquilidad de los vecinos y de un momento a otro sonaron los disparos.
Arévalo hirió de muerte a su ex suegra, Rosa Elvira Medina, disparó también contra la humanidad de Adriana y luego se quitó la vida.
Tras ser avisados por la comunidad, la Policía llegó al lugar, donde encontraron, aun, respirando a Adriana.
Anoche se conoció que la joven registraba heridas en la cabeza, el abdomen y brazos. Compañeros de la universidad de Adriana aseguraron que ella es una mujer seria y que tras la actitud de Carlos en las afueras de la universidad, ella llamó a la Policía para informar el asunto y pedir ayuda, pero no fue atendida.
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